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El cadáver de un supuesto científico ruso causa en Río un escándalo diplomático

Un delegado soviético enviado a una convención científica en Río de Janeiro ha desencadenado cor. su desaparición lo que puede ser un escándalo internacional, al descubrirse un cadáver que podría ser el suyo, mientras se rumorea que el científico podría haber querido obtener asilo político en Estados Unidos.Sevim Gueraybekov fue visto, por última vez comprando camisas y casetes de música popular brasileña en Copacabana, el sábado 14, un día antes de que la delegación soviética tuviera previsto su regreso a Moscú. El día 18 una llamada telefónica anónimo. condujo a la policía a un canal de desagüe en un parque de las afueras, donde pude encontrarse el cuerpo de un hombre blanco de aventajada estatura cuyas huellas, dactilares no figuraban en los archivos policiales brasileños.

Desde entonces las especulaciones se han centrado en dos teorías: la de que el soviético había sido interceptado por agentes de su país y asesinado cuando se dirigía una entrevista con algún contacto norteamericano, o la de que el cadáver es el de otra persona y el auténtico Gueraybeko, se encuentra ya en Estados Unidos.

En las declaraciones de la polícía hay una manifiesta extrañeza por toda la atención que atrajo el soviético sobre su persona, poco en consonancia con alguien que estuviera planeando su defección al Oeste. Gueraybekov había llegado con una delegación de 48 miembros el 8 de agosto y su identificación profesional era la de abogado. Comía en una mesa separada de la de sus colegas, hacía caso omiso de las reuniones y no perdía ocasión de decir lo mucho que le gustaba la ciudad, su playa y las mulatas.

El gerente del hotel y un agente de viajes fueron a identificar el cuerpo en el depósito y dijeron que creían que se trataba de Gueraybekov, por unas cicatrices que tenía sobre las cejas. Sin embargo, una brasileña, la señorita Caputo, que le había tratado más que nadie, afirmó que no creía que se tratara del soviético, porque la nariz diferente y tenía bastante pelo gris en el pecho, a diferencia del verdadero Gueraybekov.

La última tarde que fue visto con vida visitó una zona comercial tan orientada a los gustos del consumidor norteamericano que la mayoría de los establecimientos lleva rotulación en inglés, y varios de los vendedores le recordaban porque pagaba sus compras con billetes de alta denominación.

Los funcionarios soviéticos dijeron que no tenían apenas información sobre su persona, con excepción de un miembro de la delegación, Boris Koval, que dijo acordarse de él perfectamente. En una entrevista a una publicación brasileña, Koval dijo que Gueraybekov era "una prostituta política, un hombre sin principios y un profundo egoísta".

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