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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El gasoducto y los presos rusos

Ultimamente, en varios órganos de iñformación españoles, y entre ellos en el periódico que usted dignamente dirige, lian aparecido noticias o comentarios en los que se insinúa la utilización de presos, y hasta presos políticos, en la construcción del gasoducto Siberia Europa occidental. Debe ser pura coincidencia que los textos, más o menos con el niismo tontenido, han aparecido en toda España, justamente en el período de mayor presión de EE UU para que sus aliados europeos queden atados, para lo bueno y para lo malo, a la política belicista norteamericana, y no busquen ni sus propias salidas de la crisis económica ni vías para disminuir la tensión mundial.Pero vamos a examinar los hechos concretos.

Sí, existe el problema de mano de obra en esta construcción, que en Occidente ya es llamada obra del siglo. Como se sabe, en la URSS no hay desempleo desde 1932, y encontrar decenas de miles de personas para este nuevo trabajo no es tan fácil. También es conocido que la URSS no emplea mano de obra extranjera, salvo, con carácter de excepción, algunos técnicos o brigadas de voluntarios de otros países socialistas, que llegan al país para estudiar durante el tiempo que en él trabajan,

No sería nada dramátíco que los presos comunes trabajen. En nuestro sistema penal, el preso que trabaja recibe igual salario que un trabajador libre, descontando, por supuesto, su mantenimiento. El preso puede ahorrar su dinero, hacer compras, transferirlo, etcétera. Todavía más, un día de trabajo puede compensar dos, tres y hasta cinco días de la condena. Esto se hace más para la recuperación del delincuente que por razones económicas. El trabajo productivo educa, y el aprendizaje en el proceso laboral, también.

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Sólo que la construcción mencionada no puede ser una escuela reeducacional; por la altísima tecnología empleada, la misma gigantesca envergadura de la obra y los plazos estrictos a cumplir.

La agencia de Prensa Novosti, a la que represento en España, ha dirígido,al Ministerio del Interior de la URSS una solicitud de aclaración sobre el tema, mencionando el texto aparecido en ese periódico. La respuesta oficial es la siguiente: "En la construcción del gasoducto Siberia-Europa occi

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dental no se emplea la mano de obra de los presos".

¿Cómo, entonces, será resuelto el problema? Simplemente: invitando a los ciudadanos soviéticos que quieran trabajar duro y ganar bien, especialmente a los jóvenes. Publicidad de esta índole se viene divúlgando desde hace meses y si gue divulgáñdose ep todo el país, que, me permito recordarle, cuenta 264 millones de habitantes. En mis manos tengo, por ejemplo uno de estos anuncios (Gaceta Económica, número 32, de este año): "Para la construcción del gasoducto en parte norte de Tiumen se precisan obreros cualificados (lista de varias decenas de especialidades), para los cuales se ofrece: el plus regional (70%), aumento anual del sueldo (10%). Al firinar el contrato por tres años se paga el, subsidio por valor de dos sueldos mensuales. Además de vacaciones anuales, se dan una vez cada tres años vacaciones adícionales, con gastos de viaje pagados. A los que, trabajen directamente en el trazado del -gasoducto se pagará un 40% adicional".

El gasoducto será construido con esta gente, señor director, y en el tiempo previsto. Con las turbinas americanas o, todavía mejor, sin ellas./ Corresponsal de la agencia de Prensa Novosti.

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