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Falleció José Nieto, un actor de carácter en el cine español

La muerte del actor José Nieto a los 80 años en Huelva, víctima de un edema pulmonar, supone la desaparición de un actor de carácter en el cine español. En su tierra de Murcia su fallecimiento fue recibido ayer con gran consternación. Nieto tenía gran cariño por su tierra. Un día dijo sobre el secreto de la eterna juventud: "Está en hacer ejercicio y controlarse en la bebida. También está en dormir de 8 a 9 horas diarias y en haber respirado en la juventud el aire y el ambiente de las acequias de mi huerta de Murcia".

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La larga carrera de José Nieto dura cincuenta años, se extiende entre la mitad de los veinte y los setenta y se puede dividir en cuatro etapas de muy diversa importancia. La primera se sitúa entre su descubrimiento por parte del director Florián Rey y la llegada del sonoro. Su trabajo en esta época va desde su simple habilidad como jinete a obtener un cierto prestigio como galán. Antes de iniciarse la segunda, duIrante unas temporadas se aleja de la pantalla y debuta en las escenas en las compañías de Eugenia Zúffoli y María Banquet.Su prestigio le lleva a Hollywood, a comienzo de los treinta, para interpretar versiones españolas de películas norteamericanas. Son los años donde todavía no se ha descubierto el doblaje y las productoras norteamericanas realizan versiones en diferentes lenguas y con distintos actores nacionales de sus más importantes películas. Esta segunda etapa de la carrera de Pepe Nieto es la menos importante de su filmografía, pues estas películas sólo son malas copias de las originales.

Al terminar su contrato en Hollywood, vive unos años en Italia y vuelve a España al final de la guerra civil. Este tercer período, donde da vida a los héroes de las patrioteras películas de estos años, es el más importante de su carrera profesional. Trabaja a las órdenes del director Saenz de Heredia en Raza, la película con guión del general Francisco Franco que sirve de modelo a las de la época, y a las de Antonio Román en Los últimos de Filipinas, plasmación de un suceso histórico que se enraíza con la reciente contienda.

También de este período, donde adquiere su conocida fama de actor de carácter, son sus intervenciones en famosas películas religiosas de principios de los cincuenta: La señora de Fátima y Sor Intrépida, de Rafael Gil, y principalmente Marcelino Pan y Vino de Ladislao Vajda.

La cuarta etapa de su carrera tiene un cubo muy diferente y le lleva a ella el inglés aprendido durante su estancia en Hollywood. Es la época donde los norteamericanos descubren la variedad de los paisajes españoles y lo barato de su mano de obra y comienzan a hacer grandes producciones en España. José Nieto pasa a hacer pequeños papeles, pero muy bien retribuidos, en Alejandro el Grande, de Robert Rossen, Aventura para dos, de Don Siegel, Orgullo y pasión, de Stanley Kramer, Salomón y la reina de Saba, de King Vidor, Rey de reyes y 55 días en Pekín, de Nicholas Ray, y Doctor Zhivago, de David Lean.

Esta etapa marca el final de la carrera de Pepe Nieto, en la medida que también supone el fin de un cine español que ha visto subir sus costes de producción y deshacerse sus poco sólidas estructuras por esta pasajera invasión norteamericana.

De esta última etapa donde Pepe Nieto trabaja con grandes directores sólo, cabe destacar dos títulos: Campanadas a medianoche, la genial obra de Orson Welles sobre personajes de William Shakespeare, y Un verano para matar, un policiaco de Antonio Isasi hecho con bastante habilidad.

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