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Los gobernadores de Álava y Guipúzcoa permanecerán de momento en sus cargos

Pocas horas después de que el Ministerio del Interior desmintiera oficialmente las dimisiones que habrían presentado los gobernadores civiles de Guipúzcoa y Alava, los titulares de estos organismos, Pedro Manuel Arístegui y Fernando Jiménez, hacían ayer lo propio a través de sendas notas públicas. Ambos han manifestado su disposición de permanecer en el cargo.Pese al desmentido oficial, diversas fuentes de toda solvencia coinciden en afirmar que Arístegui presentó su dimisión como consecuencia del nombramiento de Jaime Mayor Oreja como delegado del Gobierno en el País Vasco, cargo para que él mismo había sido propuesto por el ministro del Interior. El cese del gobernador de Alava estaría relacionado -además de por el rechazo más o menos encubierto del nuevo delegado- con la posibilidad de acceder a un alto cargo administrativo.

El mentís a la información publicada ayer por EL PAÍS contrasta igualmente con las informaciones recogidas por distintos medios de comunicación del País Vasco y por las propias fuentes consultadas por este periódico, informa José Luis Barbería. Dichas fuentes sostienen que Arístegui puso efectivamente su cargo a disposición del ministro del Interior, Juan José Rosón, después de que se conociera el nombramiento de Mayor Oreja. El propio gobernador civil de Guipúzcoa anunció su decisión a algunas personas allegadas.

También parece confirmado que Arístegui era uno de los componentes de la terna de candidatos propuestos para el nombramiento de delegado del Gobierno en la comunidad autónoma, hecho ampliamente conocido por los familiares y colaboradores del actual gobernador civil. Juan José Rosón le había pedido que continuase en el cargo unos meses más, petición que éste habría ahora aceptado.

Si el nombramiento de Jaime Mayor Oreja parece haber precipitado la crisis en el Gobierno Civil de Guipúzcoa, las repercusiones de este mismo hecho poseen matices bien distintos en el caso del Gobierno Civil de Álava. Fernando Jiménez tomó posesión de sus cargos de gobernador civil de Alava y de subdelegado del Gobierno central en el País Vasco por indicación expresa de Marcelino Oreja, con quien le une una estrecha amistad, circunstancia ésta que le impediría manifestar un rechazo frontal a su sobrino, Mayor Oreja. El eventual abandono de sus actuales funciones estaría relacionado, de manera más directa, con el paso a un alto puesto en la Administración, mientras que el titular del Gobierno Civil de Guipúzcoa se encontraría prácticamente vetado para ocupar un puesto de relevancia por el sector actualmente mayoritario en la Ejecutiva de UCD, a causa de no ser militante del partido en el Gobierno.

La retirada de las dos dimisiones -especialmente de la de Arístegui, con perfiles más polémicos- parece dirigida a evitar dar la sensación de un rechazo generalizado, en las propias filas de la administración del estado en el País Vasco, al nombramiento de Mayor Oreja, acogido con fuertes críticas por la práctica totalidad de los partidos con implantación fuerte en la región.

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