Un curso de la UIMP analiza en Santander el contrapoder de los medios informativos
"No tiene mucho sentido hablar de presiones gubernamentales sobre la Prensa, en el uso estricto del término, porque el Gobierno en estos momentos no está para presionar a nadie", dijo Juan Luis Cebrián, director de EL PAIS, en la conferencia que pronunció el lunes en el palacio de la Magdalena de Santander. La conferencia formaba parte del programa del curso Contrapoder de la Prensa, que dirige en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) el periodista Miguel Angel Aguilar.
En el curso se ha analizado, con especial énfasis y desde diferentes perspectivas, la relación entre el poder y la Prensa, y los problemas que plantea. Diego Carcedo, corresponsal de TVE en Lisboa, negó en su intervención que los medios informativos puedan ser considerados un cuarto poder. Para José Oneto, director de Cambio 16, el poder de la Prensa no está basado en ningún mandato representativo, pero "deriva del derecho de los ciudadanos a recibir una información libre".Durante una mesa redonda en torno a las señas de identidad del periodista, intervinieron el director de Tribuna Vasca, Eduardo Sotillos, José Luis BaIbín, director de La Clave; Pablo Sebastián, del semanario Tiempo, y Fernando Jáuregui, de EL PAIS. El segundo debate tuvo como asunto central una reflexión sobre los periodistas incómodos. Participaron José Luis Gutiérrez, de Diario 16; Antxón Sarasquetá, de Cambio 16 y Ricardo Cid Cañaveral, del desaparecido semanario La Calle.
Especial interés despertó la conferencia de Joanna Wegrzynowicz, periodista polaca ligada al sindicato independiente, Solidaridad, que analizó los monopolios informativos en su país. Aseguró que la radio y la televisión oficial, la Prensa escrita y la agencia oficial de noticias configuran una estructura subordinada al departamento correspondiente del partido comunista, que no ejerce una censura previa reconocida por la ley pero controla directamente lo que se difunde por medio de funcionarios especializados.
Juan Luis Cebrián, que abordó el tema de Las presiones gubernamentales, distinguió entre presiones estructurales y personales. En relación con las últimas destacó el soborno y precisó que "aunque me parece corrupto el periodista sobornado, mucho más lo es el que soborna". Sin embargo, el conferenciante consideró este procedimiento de poco interés "si se compara con las posibilidades de presión estructurales de que el Gobierno y el Estado disponen", y señaló entre éstas el mantenimiento de la cadena de Medios de Comunicación Social del Estado (MCSE), la agencia Efe, el ente público Radio Televisión Española, las subvenciones estatales a la Prensa privada, la inexistencia de reducciones para tráfico postal, ayudas al transporte, distribución, etcétera.
Cebrián destacó que el Gobierno, ante la crítica generalizada a causa de las fuertes pérdidas sufridas por Efe, RTVE y los MCSE, no aporta soluciones y, en cambio, "ha optado por un sistema de corrupción generalizada, propiciada mediante las subvenciones a la Prensa privada". Finalmente subrayó que con el desarrollo del Estado de las autonomías y la consecuente formación de Gobiernos regionales, las presiones a la Prensa ya no proceden únicamente de un solo poder, sino de varios.
Ignaco Aguirre, secretario de Estado para la Información, y Juan Luis Cebrián, coincidieron en la conferencia de Prensa celebrada ayer por la mañana. La liquidación de la cadena de Prensa del Estado, las presiones gubernamentales sobre la Prensa, el tratamiento informativo del 23-F en Radio Televisión Española y los cambios recientes en la dirección de este medio estatal determinaron respuestas contra puestas.
Así, mientras para el director de EL PAIS el Gobierno "no ha tenido voluntad política de liquidar la cadena de los MCSE, quizá porque sueña poder utilizarlos electoralmente", Aguirre manifestaba que ha existido esa voluntad.
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