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Irán reconoce la pérdida de parte del territorio ocupado y el establecimento de la 'operación Ramadán'

Las autoridades iraníes aseguraron ayer que su Ejército controla 150 kilómetros cuadrados del territorio meridional de Irak. Bajo esta afirmación escueta se esconde, estiman los observadores, el reconocimiento por parte iraní de la pérdida de cien kilómetros cuadrados más, capturados al ejército enemigo durante la primera semana de la operación Ramadán, desplegada por Irán para la conquista de Basora.

Sin embargo, desde Teherán no se presenta la nueva situacibn como un retroceso. Se argumenta que las tropas iraníes pueden arrasar Basora cuando se lo propongan, pero su deseo, según se dice, es no causar daños entre la población civil iraquí. En este sentido se expresó ayer Sayed Chirazi, jefe del Ejército. de Tierra, para quien estas precauciones impiden una mayor fluidez de los avances.Ahmad Tavakoli, portavoz del Gobierno, dijo, por su parte, que "los objetivos finales de esta ofensiva no se han alcanzado", y subrayó que hasta ahora "nos hemos acostumbrado a las victorias rápidas, pero en la nueva situación hay que tener en cuenta que nuestros combatientes luchan en un territorio desconocido".

Estas afirmaciones, pese a ser simultaneadas con otras que presentan los hechos como una fase previa a la victoria, no esconden que la ofensiva iraní no sigue un rumbo creciente, sino más bien que, al menos, el estancamiento parece un hecho probado.

Empero, los balances oficiales aseguran la muerte de 5.000 soldados iraquíes , la captura de 1.159 más, así como la destrucción de 650 carros y vehículos blindados.

Estas manifestaciones de los dirigentes iraníes se ponen en relación, desde Teherán, con las pronunciadas el lunes por el primer ministro, Mir Hussein Mussavi, para el cual "Irán está dispuesto a acoger todos los esfuerzos encaminados a satisfacer nuestras exigencias". Mussavi denunció el incumplimiento, por parte del Gobierno de Bagdad, de los acuerdos de Argel, suscritos por Irán e Irak en 1975 y rotos por Saddam Hussein días antes de iniciarse la invasión del territorio de Irán, en septiembre de 1980.

Para el primer ministro iraní, "Irak debe retirarse inmediatamente a las posiciones que ocupaba antes del comienzo de la contienda", pero en sus palabras no hizo referencia alguna al derrocamiento del presidente iraquí, Saddam Hussein , uno de los objetivos iniciales de la actual fase de la guerra.

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Tras esta madeja de frases elípticas, no resulta fácil averiguar qué es lo que realmente va a suceder. Si bien, de un lado, algunos observadores estiman que Irán puede replantearse globahnente su entrada en territorio iraquí, otros consideran que la tenacidad de los dignatarios de la República islámica les hará esperar pacientemente, frente a cualquier contratiempo, para conseguir satisfacer los propósitos que acarician.

Entretanto, la aviación iraquí continúa sus bombardeos contra ciudades suroccidentales de Irán. El lunes, trece personas más muneron en la ciudad petrolera de Abadán, en el Juzestán, bajo, los proyectiles de la artillería de Irak.

Por otra parte, en Teherán se anunció ayer que los habitantes de Gílan Garb y Share Pole Zahab, dos de las ciudades más castigadas por la aviación y la artillería iraquí desde el comienzo de la guerra, podrán regresar a sus hogares a partir del 1 de agosto, al igual que ya lo ha hecho la mayor parte de los residentes en la ciudad.de Susangerd, no lejos de Ahvaz.

Hasta el momento, nada puede predecirse sobre el curso de esta guerra, cuyo desenlace parece cada vez más lejano.

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