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Destruida en un sabotaje la cuarta parte de la fuerza aérea de Zimbabue

Once o doce aviones, la cuarta parte del potencial aéreo de Zimbabue, fueron destruidos ayer en el transcurso de un ataque por fuerzas desconocidas contra la base aérea de Thornhill, cerca de Gewru, a 250 kilómetros al sur de la capital, Harare.El Gobierno ha ordenado una investigación inmediata para averiguar cómo los saboteadores consiguieron burlar la vilgilancia de la base y disponer de tiempo para la colocación de cargas explosivas en los aparatos. Informaciones no confirmadas precisan que el ataque duró cuarenta minutos.

Según versiones de algunos testigos, en la madrugada de ayer se registraron varias explosiones en la base. Cuatro aviones de caza del tipo Hawker Hunter, que fueron entregados por el Reino Unido la semana pasada, estaban estacionados en esta base y resultaron destruidos. Uno de los testigos afirmó que despertó por un "ruido parecido al de cohetes" y vio poco después grandes llamaradas. Otros seis aviones y un helicóptero Lynx habrían sido dañados o volados.

En junio, guerrilleros disidentes, antiguos partidarios de Joshua Nkomo, atacaron otro aeródromo militar.

Los turistas secuestrados

La situación conflictiva en Zimbabue se complica con la implantación del toque de queda en la región de Matabeleland (suroeste del país), donde las fuerzas de seguridad buscan a seis turistas de los diez que fueron secuestrados el pasado viernes por ex guerrilleros del jefe nacionalista Joshua Nkomo.

Estos guerrilleros, que parecen actuar de forma incontrolada, amenazan con ejecutar a los rehenes si no es puesto en libertad cierto número de "presos políticos", en especial Lookout Masuku y Dumisu Dabengwa, ex comandantes de la fuerza guerrillera de Nkomo (ZIPRA), que fueron detenidos quince días después de que Joshua Nkomo fuera expulsado del Gobierno por el presidente Robert Mugabe.

Ambos detenidos fueron arrestados y acusados de mantener en secreto un depósito de armas con el propósito de organizar un golpe de Estado. Los secuestradores exigen además el fin de la persecución política contra Nkomo y la restitución a su organización de las propiedades expropiadas en febrero pasado.

Por su parte, Nkomo ha pedido la liberación de los seis turistas y se ha propuesto como mediador para encontrar una solución sin derramamiento de sangre.

El toque de queda afecta a la región de Tsholotsho, a, unos cincuenta kilómetros al norte de Bulawayo. Los habitantes de esta zona no podrán alejarse a más de 50 metros de sus domicilios, según un portavoz gubernamental, quien precisó que existen "suficientes razones para pensar que los secuestradores se encuentran en esa zona".

El Gobierno de Robert Mugabe, que no ha hecho comentario alguno sobre este asunto, ha rehusado hasta el momento todas, las ofertas de cooperación formuladas por Joshua Nkomo para poner fin a la violencia política que sacude al país, la ex colonia británica de Rodesia.

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