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La política de empleo

No se entiende demasiado bien, casi en vísperas de elecciones anticipadas, que los responsables de departamentos ministeriales cuya continuidad está como mínimo en duda anuncien llamativas medidas, cuando su puesta en práctica exigirá meses de preparación y significa un vuelco en sistemas aplicados. Por ejemplo, el ministro (a la hora de redactar estas líneas) de Trabajo y Seguridad Social, Santiago Rodríguez Miranda, ha anunciado en un coloquio de la Asociación para el Progreso de la Dirección que estaba estudiando la sustitución del seguro de desempleo por el subsidio al empleo. La cosa no se ha improvisado, porque ya en una reciente entrevista, publicada en este mismo periódico, el subsecretario de Trabajo venía a decir que se protege demasiado al desempleo y poco al empleo. Bastantes periodistas, en uso de su olfato profesional, titularon que iba a desaparecer el seguro de desempleo, y los responsables minísteriales se apresuraban a desmentir tal cosa, con lo cual los cientos de miles de españoles que lo perciben pasaron de la angustia a la incertidumbre.

Se ignora si el ministro -o quien le sustituya, si es que cesa- pondrá en práctica la nueva política de subvenciones, pero lo que sí ha conseguido Rodríguez Miranda es aparecer en destacadísimo espacio periodístico. Y eso, en momentos de recambio político, vale sus columnas en oro.

En principio, y a falta de análisis más profundos, la mutación nominal del desempleo en empleo parece inédita en los sistemas mundiales de previsión, aunque se diría que su principal efecto sería crear paro encubierto, aliviar las estadísticas oficiales de desempleo (gran baza electoral, aunque más espejismo que otra cosa) y trasladar la administración del subsidio a las empresas.

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Como la cuestión de fondo en la crisis económica española se llama falta de productividad e inflación de costes -amén de recesión en ventas-, resulta improbable que la iniciativa privada acepte aumentar sus plantillas con personal que no precisa. Las autoridades económicas, además de actuar coordinadamente en este y otros asuntos, deben plantearse a partir de ahora mismo si la política masiva de subvenciones (reconversión industrial, comercio exterior, empleo / desempleo) conduce a otra cosa que al engaño colectivo.

19 de julio

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