Escuredo propone un pacto social y económico para Andalucía en su discurso de investidura

El candidato a la presidencia del Gobierno autónomo andaluz, Rafael Escuredo, propuso un pacto de fuerzas sociales y económicas para los próximos cuatro años durante el discurso en que presentó su programa de investidura. La industrialización como elemento clave de política económica, ninguna medida especial de reforma agraria y un ataque frontal al proyecto de ley de participación de Cataluña en los ingresos del Estado -que calificó de discriminatorio para otras comunidades autónomas"- fueron puntos esenciales de su programa.

En contra de lo anunciado, no se encontraba presente en los Reales Alcázares de Sevilla, sede provisional del Parlamento autónomo, el secretario general del PSOE, Felipe González, aunque sí asistieron al acto el vicesecretario socialista, Alfonso Guerra y la hija de Blas Infante.El programa de gobierno explicado por Escuredo se centró en cuatro puntos de partida imprescindibles, a su juicio, para la construcción de Andalucía: el desarrollo institucional del estatuto, el despegue económico frente al subdesarrollo, la potenciación de la cultura andaluza y la realización de una política de bienestar social. Aseguró, por otra parte, que la autonomía andaluza supondrá un importante cambio en la configuración inicial del Estado de las autonomías, "anclado en demasía al supuesto eje de las llamadas nacionalidades históricas", añadiendo que "sin una Andalucía plenamente autónoma es absolutamente imposible construir el Estado de las autonomías".

Con respecto al desarrollo institucional del estatuto, el candidato indicó que la estructura administrativa que se va a poner en marcha se basará en los criterios de la máxima rentabilidad y eficacia, así como en la participación y cooperación entre todos los entes que forman el Estado, haciendo especial hincapié, en este sentido, en el reconocimiento de la personalidad de la provincia y de la Diputación, pero sin abdicar en los mecanismos de control y dirección política de las mismas que corresponden en exclusiva a la Junta de Andalucía. Adelantó también su voluntad de caminar hacia un proceso de comarcalización de la comunidad andaluza.

"Las consejerías y demás órganos de la Junta y su gobierno serán los mínimos necesarios para desarrollar a Andalucía y poder prestar eficazmente los servicios encomendados", aseguró Rafael Escuredo, insistiendo en que no se creará una doble burocracia. Destacó, asimismo, la necesidad de urgencia en la recepción de transferencias, anunciando que se designarán de inmediato los representantes andaluces en la comisión mixta de transferencias Gobierno-Junta de Andalucía.

Con constantes referencias a la Constitución, Escuredo declaró su oposición a aquéllos que desde cualquier otra comunidad autónoma sientan la tentación del asalto al Estado y, en esta dirección, denunció el proyecto de ley de participación de Cataluña en los ingresos del Estado que, en su opinión, supondría, en caso de aprobarse, una discriminación para las demás comunidades autónomas.

En el capítulo económico, el candidato socialista subrayó la necesidad de la planificación económica para Andalucía elaborada sobre la base de la concertación con todos los agentes económicos y sociales, planificación que habrá de realizarse en un horizonte temporal de cuatro años, implicando a través del pacto a empresarios y trabajadores, banca privada, cajas de ahorro y cajas rurales. En el primer período de sesiones se enviará al Parlamento el proyecto de ley del Consejo Económico y Social de la comunidad autónoma andaluza, de carácter consultivo.

Después de prometer en materia agraria una política de incremento de los regadíos, industria agroalimentaria y ganadería industrial, Rafael Escuredo definió la industrialización como el elemento estratégico básico de su programa económico, con actuación preferente hacia la industria de la alimentación, la química fina, la electrónica y otras de semejantes características. La construcción, las obras públicas y el turismo serán elementos fundamentales de la actuación del Gobierno regional.

En relación con la política cultural, el Gobierno socialista potenciará la institucionalización de las actividades culturales.