Sólo los socialistas aplaudieron el discurso pronunciado por el candidato

ENVIADO ESPECIAL"Hoy más que nunca siento que la muerte de mi padre ha servido para algo", declaraba ayer a EL PAIS la hija del histórico líder del andalucismo, Blas Infante, al coincidir con todos los representantes de las fuerzas parlamentarias andaluzas en calificar como un "hecho histórico" la elección del presidente del primer Gobierno andaluz, cuyo debate de investidura se inició ayer. Una primera jornada del acto en la que la declaración programática del único candidato, Rafael Escuredo, fue sólo aplaudida por los socialistas y calificada de "moderada y de centro" por el resto de las fuerzas.

Antonio Hernández, portavoz del grupo de Alianza Popular, manifestó que "el programa de Escuredo es más moderado de lo que corresponde al PSOE y el lenguaje utilizado distinto del que usa habitualmente el partido" aunque destacó como positivos los planes tecnológicos del futuro gobierno.

Coincidía en la moderación de la declaración programática de Escuredo, Luis Merino, ex candidato a la presidencia del gobierno andaluz, quien señaló que "va a ser dificil para UCD aceptar la oferta de colaboración lanzada por el futuro presidente del ejecutivo andaluz en su discurso, porque el programa presentado no es todo lo realista que hubiéramos deseado y en él hay aspectos que nos preocupan seriamente. De la declaración programática se desprende el peligro de un gran intervencionismo y de progresiva burocratización. No sé cómo pueden compaginarse el intervencionismo y el concepto de libre empresa. Hay además planes de desarrollo apuntados que recuerdan a los de López Rodó y no cuadran con la filosofía socialista".

Las críticas más duras vinieron del comunista Felipe Alcaraz, quien calificaba el programa como "de centro". "El candidato se ha olvidado de hablar de la LOAPA y no ha hecho ninguna referencia a las competencias exclusivas de la comunidad autónoma andaluza, base de una autonomía legislativa. Escuredo no ha defendido en su discurso la autonomía plena y tampoco se ha acordado de hablar de la reforma agraria".

Alfonso Guerra presente en el acto calificaba estas críticas del PCE, que comparte el PSA, como "el derecho al pataleo de los grupos que no han logrado el apoyo popular en las últimas elecciones".