Clausura del ciclo de películas sobre la historia de Japón

A primeros del pasado mes de junio la Filmoteca Española inició en Madrid un ciclo de cine japonés, bajo el genérico La historia del Japón en el Cine. El próximo domingo, día 11, finalizará este ciclo, que ha supuesto una importante labor de divulgación y revisión del cine japonés, en uno de sus aspectos mas tradicionales y ricos, como es el del cine histórico.Se han proyectado 24 filmes que hacen referencia a muy diferentes épocas de la historia del Japón. El ciclo se ordenó cronológicamente, atendiendo no al año de producción de cada filme, sino a la temática abordada por cada uno de estos. De acuerdo con esto, abrió un filme sobre la mitológica reina Himiko, dirigido por Masahiro Shinoda en 1974.

Siguieron La saga del Gran Buda, de Kinugasa (1952), y la famosa El intendente Shanso, del gran Kenji Mizoguchi (1954), universalmente considerada como una de las obras maestras del cine japonés.

El ciclo continuó con Silencio, de Shinoda, El asesinato de Kyoma, de Kazuo Kuroki, Los pescadores de cangrejos, de Yamamura y El golpe de Estado, de Yoshida, realizada en 1973. Más tarde se proyectaron Los cuarenta y siete samurais, en versión de Iroshi Inagaki, El señor Poo, Fuego en la llanura y El corazón de Kon Ichikawa, La familia trabaja, de Mikio Naruse, Una tragedia japonesa, de Khinoshita y Los niños de Hiroshi a, de Kaneto Shindo.

De Yasujiro Ozu se proyectó la famosa Una gallina en el viento, y de Naghisa Oshima, Noche y niebla en el Japón, ya situadas en época histórica contemporánea. En la misma zona se encuentra la versión de La condición humana, de Masaki Kobayashi, que va a cerrar el ciclo esta semana.

Rara es la época de la vida japonesa que no ha tenido alguna traducción cinematográfica. La apertura hacia Occidente, en los primeros años veinte, provocó en los cineastas japoneses una tendencia a dar a conocer las características, tan peculiares y tan desconocidas en de la historia japonesa. Y cuando esta apertura fue cerrada en los años treinta por el fascismo, el fenómeno de la reflexión historica siguió caracterizando a la producción japonesa, esta vez por motivos contrarios, por afan de agudizar e incluso crispar la identidad nacional.

Resultado de ambos movimientos, de apertura y de enclaustramiento es un arsenal de filmes históricos.