Ningún país del Mercado Común está vendiendo armas al Gobierno judío
El Gobierno británico, de acuerdo con los otros nueve miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE), ha declarado un embargo de armas contra Israel. El Reino Unido espera así presionar sobre el Gobierno israelí para que retire sus tropas de Líbano, pero se trata más bien de un gesto diplomático que de un embargo con verdaderas consecuencias militares.La CEE tomó la decisión de este embargo de armas el pasado martes en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas, pero pasó prácticamente desapercibida, al no figurar en el comunicado final; sólo fue mencionada en las conferencias de Prensa, aclaró ayer un portavoz del Foreign Office en Londres. Aunque condenó las acciones israelíes en Líbano, la cumbre europea no llegó a ponerse de acuerdo para adoptar sanciones económicas contra el Gobierno de Tel Aviv.
"Ningún país miembro de la CEE está vendiendo armas a Israel", aseguré el titular del Foreign Office, Francis Pym, en una entrevista en la televisión británica. Pym añadió que, en cualquier caso, ninguno de estos países venía vendiendo gran cantidad de material bélico a Israel.
Las ventas de armamento británico a Israel no son cuantiosas. Según el Foreign Office, han ascendido a 1,5 millones de libras (trescientos millones de pesetas) anuales de promedio durante el último quinquenio.
Parte de estas ventas, señalaba ayer The Financial Times, están cubiertas por piezas de recambio para los 1.100 carros de combate Centurión que el Reino Unido ha proporcionado a Israel.
Hasta un próximo aviso, el Gobierno británico congelará los permisos de exportación de material militar a Israel, según precisó en la noche del miércoles el subsecretario del Foreign Office, lord Belstead, pero el embargo de armas no afectará a los contratos que están ya en vigor.
Las relaciones entre Londres y Tel Aviv atraviesan un mal momento. Empeoraron hace algunos meses, tras la visita de lord Carrington, entonces al frente del Fereign Office, a Riad (Arabia Saudí).
El Gobierno británico prohibió el mes pasado a una delegación israelí la asistencia a la exposición de material bélico británico en Aldershot.
Parte de las razones de este malestar comenzaron a echar grandes raíces tras la supuesta venta de armas por Israel a Argentina, durante la crisis de las Malvinas.
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