Las START comienzan en Ginebra marcadas por diferencias terminológicas
Las negociaciones sobre la Reducción de Armas Estratégicas (START), iniciadas en Ginebra, ofrecen a EEUU y a la URSS "una oportunidad histórica" de reducir la amenaza nuclear, según la carta dirigida por Reagan al jefe de la delegación norteamericana, general Edward Rowny. En la mesa de negociaciones, las dos superpotencias todavía no han conseguido ponerse de acuerdo sobre si van a discutir sobre reducción o limitación.
En efecto, las negociaciones, que deberán prolongarse durante varios años, se iniciaron con un lenguaje diferente para explicitar las mismas cuestiones. Para Washington se trata de reducción de los armam3ntos estratégicos nucleares, mientras que para la delegación soviética se discute la limitación de tales armas.A pesar de esta diferencia de lenguaje, ambas delegaciones han convenido en que durante la primera etapa de estas negociaciones la discusión se base en la "reducción o limitación" del número de cabezas nucleares y de sus respectivos misiles. Del lado estadounidense se habla de disminuir a 5.000 el número de cabezas nucleares, que en la actualidad llega a las 7.500. Sin embargo, este "primer principio básico" sostenido por EE UU no da completa satisfacción a la delegación soviética, pues implica reducir a la mitad el número de sus misiles terrestres, lo que supone rebajar en un 75% las cabezas nucleares de que disponen los misiles soviéticos tierra-tierra.
Sin embargo, la delegación soviética manifestó, poco antes de iniciarse las negociaciones, sus reservas en cuanto a la proposición estadounidense, porque "antes de profundizar en particularidades es necesario realizar una nueva valoración de fuerzas". La Unión Soviética estima que después de la negativa del Senado norteamericano a ratificar los anteriores acuerdos SALT I y SALT II, firmados en Viena, los estadounidenses han tenido suficiente tiempo para lograr nuevos avances tecnológicos con la realización de proyectos como los cohetes intercontinentales MX, Trident 2, los Cruise y los bombarderos B-1.
Para Reagan las propuestas norteamericanas "protegerán los intereses legítimos de las dos partes en el área de la seguridad". Washington, añade, está dispuesto a estudiar cuidadosamente las propuestas soviéticas".
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