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La invasión israelí de Líbano

Nuevos ataques de cazabombarderos sobre las posiciones sirias

, ENVIADO ESPECIAL, En un ambiente de pesimismo generalizado, el Comité de Salvación Nacional libanés, integrado por los representantes de las principales fuerzas políticas, se reunió por segunda vez ayer para estudiar las últimas propuestas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), sin que aparentemente se llegase a un consenso sobre la necesidad de solicitar prioritariamente la evacuación de las fuerzas israelíes o palestinas de Líbano.

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Según la agencia de información palestina Wafa, horas antes de que empezase la reunión, Israel había roto el alto el fuego sirio-israelí, atacando con su aviación, por primera vez desde hace once días, posiciones del Ejército sirio en las localidades montañosas de Aley, Bhamdoun y Hammana, situadas entre diecisiete y 35 kilómetros al este de Beirut. Aunque el primer ministro libanés, Chafic Wazan, declaró al término de la reunión que se avanzaba hacia la definición de una postura común, Walid Jumblat, líder de la izquierda nacionalista, le desmintió.El ataque aéreo, prolongado por un avance de doscientos carros de combate, constituye una nueva inivitación formulada por Tel Aviv a los sirios para que abandonen el país, a pesar de la buena voluntad demostrada el domingo por el régimen de Damasco, que aceptó el proyecto israelí de envío a Líbano de una fuerza multinacional de pacificación, a condición de que esté parcialmente compuesta por unidades soviéticas.

El plan de la OLP para evitar la batalla de Beirut revelado al diario Le Monde por Abu Iyad, número dos de Al Fatah -grupo mayoritario en el seno de la central palestina-, prevé una retirada israelí de diez kilómetros alrededor de la capital libanesa, y en la carretera de Damasco, el reagrupamiento de los fedayin en tres campamentos y un barrio del sur de la ciudad, y el despliegue del Ejército regular libanés en el sector occidental de Beirut. Abu Iyad, considerado generalmente como un dirigente cercano a las bases palestinas, no especificó en sus declaraciones si los combatientes, una vez desarmados, aceptarían entregar sus armas, a causa probablemente de las divisiones que suscita este tema en las filas de la OLP. El desarme de los palestinos sólo podrá ser parcial, conservando como mínimo una policía propia dentro de los campamentos.

Pero según el diario An Nahar, que goza de gran credibilidad en Líbano, estas concesiones palestinas han parecido insuficientes al ministro de Defensa de Israel, Ariel Sharon, que descartó cualquier levantamiento parcial del cerco de Beirut durante la visita que efectuó el lunes.

Esta intransigencia negociadora israelí se compaginó ayer y el lunes con bombardeos sistemáticos por la Artillería y la Marina de todos los barrios no céntricos de Beirut, con los que se intenta, en opinión de varios agregados militares occidentales, obligar a los civiles a reunirse en el centro de la ciudad.

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Sólo la cuarta parte de Beirut -unos cuatro kilómetros cuadrados- está ahora densamente poblada, mientras los demás barrios han sido en gran parte evacuados y sus escasos habitantes viven prácticamente en los refugios. Aun así, en los bombardeos del lunes hubo que lamentar en Beirut 33 muertos civiles y 75 heridos. Este intento de forzar la evacuación en gran parte de Beirut oeste demuestra que Israel se sigue reservando la posibilidad de enviar a su Ejército a la conquista de la capital, al tiempo que presiona para imponer sus condiciones en la negociación.

Los mencionados expertos militares evaluaron en 90.000 hombres -sobre un total de 135.000-1.300 carros de combate y otros tantos vehículos blindados, los efectivos del Ejército israelí en Líbano, que Tel Aviv se niega a revelar. Por último, el mensaje del rey Fahd de Arabia Saudí, enviado, según el diario As Safir, el lunes al líder de la OLP, Yasir Arafat, en el que promete que "Riad no reaccionará sólo con palabras" si el Ejército israelí entra en Beirut, induce también al pesimismo. Las palabras alentadoras de Fahd enardecen a los combatientes palestinos y refuerzan la argumentación del sector radical de la OLP, que apuesta por una reacción árabe enérgica si se desencadena la ofensiva contra la capital. El presidente libanés Elias Sarkis recibió en estas últimas veinticuatro horas a varios embajadores occidentales, ante los que se mostró muy pesimista, aconsejándoles incluso que residiesen en lugares alejados de Beirut oeste

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