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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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El 'Guernica'

El gran pintor Antonio Saura publica Contra el Guernica, libelo recientemente dado por Turner, que contiene una serie de aforismos contra el cuadro de Picasso, su pompa y circunstancia. Saura, como gran pintor, se equivoca en casi todo:"Odio al Guernica porque, siendo dibujo coloreado, más que pintura, es uno de los cuadros más famosos del siglo XX". (Durero, admirado Saura, es dibujo sin colorear, y tus propios cuadros, con frecuencia, son mero dibujo o antidibujo, admirables por eso.)

"Detesto al Guernica porque es un cartelón y, como sucede a todo vulgar cartelón, su imagen es posible copiarla y multiplicarla al infinito". (Después de los ensayos de Walter Benjamin sobre la reproducción mecánica del arte, que conoces muy bien, me parece que hay que aceptar el sistema como una conquista de la modernidad, y, cuando menos, no hacer culpable sólo a Picasso de la vulnerabilidad. del arte, que permite a un cuadro o escultura prostituirse democráticamente hasta el infinito: yo, cuando era pequeño, disfruté los primeros Sauras gracias a las buenas reproducciones de las revistas.)

"Desprecio al Guernica porque, a pesar de las balas y las bombas, su imagen de luto y de oficio de tinieblas podrá perpetuarse". (Tampoco me parece que se pueda culpar a Picasso de balas, bombas, lutos, oficios y tinieblas.)

"Detesto al Guernica porque el telón de fondo de su decorado pertenece a una obra cuyo final aún no ha acontecido". (Tampoco se puede esperar de Picasso que, como el Cid, gane después de muerto batallas por la democracia.)

"Detesto al Guernica porque el avión donde viajaba aterrizó con 45 minutos de retraso". (Culpar también a Picasso de los sempiternos y folklóricos retrasos de Iberia J Renfe es ya como una voluntad de hacerle chivo emisario o expiatorio de todas nuestras catástrofes históricas y hasta de la huelga de controladores.)

"Odio al Guernica porque a su llegada a Madrid, a las 8.35, en el jumbo Lope de Vega, tras una espera de cuarenta y cuatro años, fue escoltado por la fuerza pública". (También uno hubiera preferido, admirado Saura, que el jumbo se llamase Don Francisco de Quevedo y que, en vez de la fuerza pública, lo escoltasen los inválidos republicanos de la guerra civil, pero es que les dan muy poco retiro y tampoco se les puede exigir mucho.)

"Odio al Guernica y su canto de Viva la Muerte". (Yo he estado mirando en el Espasa y parece que el ,Guernica no lo pintó Millán Astray.)

"Odio al Guernica, consuelo de democracias". (No es cierto que esta democracia -hay que vivirla muy desde dentro- esté nada consolada con el Guernica, que no va a salvarla de los fanáticos interiores o los escépticos exteriores.)

"Odio al Valle de los Caídos del Guernica". (Puestos a hacer juegos de palabras, los escritores podemos hacerlos mucho más epatantes y variados.)

"Odio a Estados Unidos porque, a pesar de continuar lanzando plagas, dejó partir al Guernica después de cuarenta y dos años de prisión". (Odio a Estados Unidos, pero por cosas de más fundamento que un cuadro.)

"Detesto la llegada del Guernica, fin de una pesadilla de 42 años y comienzo de otra". (Yo diría que es la misma pesadilla.)

"Detesto las dimensiones del Guernica". (Los grandes almacenes también, y por eso lo venden en apañadas reproducciones para el saloncito / skay.)

"Odio al detector de metales que impedirá a mi maja pistola penetrar en el hemiciclo". (Tranquilo, que no hay detector en el hemiciclo: mira Tejero. Por lo demás, otros odios tuyos, admirado artista, uno los ama odia como propios.)

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