Sistemáticas violaciones del alto el fuego en Líbano
El alto el fuego palestino-israelí, que entró en vigor el sábado por la tarde, 33 horas después del sirio-israelí, fue sistemáticamente violado a lo largo de la jornada de ayer, y las explosiones de bombas, aunque más alejadas y menos frecuentes, pudieron ser nuevamente oídas en Beirut. Por la tarde, sin embargo, la aviación hebrea bombardeó en varias ocasiones la capital, y en una de ellas alcanzó una de las calles de mayor tráfico de Beirut. La explosión, según algunos testigos, produjo un elevado número de víctimas y grandes daños en los edificios y en los coches aparcados, diez de los cuales fueron pasto de las llamas.
Los responsables palestinos aseguraron haberse visto obligados a replicar al fuego de los morteros y la artillería israelí, que reanudó su bombardeo a primeras horas de la mañana sobre algunas posiciones de los fedayin en torno a Jalde, localidad situada a cinco kilómetros al sur de Beirut. El número dos de Al Fatah, principal grupo integrante de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Abu Iyad, declaró que los "israelíes estaban buscando una excusa para poder acabar su plan de ex terminio contra los palestinos".La reanudación, aunque a menor escala, de los enfrentamientos palestino-israelíes pone en peligro el alto el fuego sirio-israelí, al estar mezcladas las unidades de ambas fuerzas sobre el terreno. Siria en vio ayer varios carros de combate al sur de Beirut.
EE UU negocia con la OLP
Para conseguir el acuerdo sobre la interrupción de las hostilidades entre los combatientes palestinos y el Ejército israelí, Estados Unidos tuvo que ponerse en contacto, por segunda vez en su historia y a través de su embajador en Beirut, Robert Dillon, con la OLP, indicaron fuentes palestinas.
La OLP rechazó, según las mismas fuentes, una mediación libanesa que hubiese permitido a Dillon evitar dialogar directamente con la central palestina. Washington se esforzó entonces para que sus aliados saudíes, coprotagonistas de la mediación tendente a instaurar un alto el fuego, se encargasen de negociar con los palestinos. Pero la ausencia desde hace meses de casi todos los diplomáticos saudíes acreditados en Beirut les impidió realizarla tarea. Para forzar también este nuevo reconocimiento de hecho norteamericano, similar al de julio de 1981, la Organización para la Liberación de Palestina ordenó a sus milicianos que no cediesen un ápice de terreno el sábado a los israelíes y poder así negociar desde una posición no excesivamente debilitada.
Pero la intensidad del bombardeo del sábado obligó a los fedayin a efectuar cortos repliegues y permitió al Tshal (Ejército israelí) conquistar las colinas del sur y sureste de Beirut, que dominan todas las carreteras de acceso al sector oriental de la capital, incluida la que conduce a Damasco. En el octavo día de su ofensiva, las fuerzas israelíes ocupaban la tercera parte del territorio libanés.
Portavoces palestinos precisaron ayer que la OLP sólo aceptaba el alto el fuego a partir de las resoluciones 508 y 509 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Israel, que no está dispuesto a acatar estas resoluciones, impuso, según una fuente occidental, la no aplicación del alto el fuego al territorio libanés ocupado por su Ejército y en el que subsisten focos de resistencia que querría eliminar.
El anuncio del nuevo alto el fuego brindó al representante en Líbano del Comité Internacional de la Cruz Roja, Francesco Nosera, la oportunidad de efectuar un primer balance de la invasión israelí.
Aunque no se atreve a dar cifras globales del número de víctimas, Nosera afirma que sólo en Sidón han muerto entre mil y 1.500 personas, y que el número de heridos oscila en la tercera ciudad de Líbano entre 2.000 y 3.000. En Tiro, añade, el 90% de las casas y de los campamentos palestinos ha sido completamente destruido, y de sus 100.000 habitantes, sólo unos novecientos han optado por permanecer allí.
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