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Las Brigadas Rojas asesinan a golpes a dos policías en Roma

Juan Arias

Dos agentes de policía italianos, en acto de servicio, fueron bárbaramente asesinados la pasada madrugada en Roma, en un atentado reivindicado por las Brigadas Rojas.Horas antes, una brillante operación policial había culminado en la captura de uno de los miembros más destacados de la dirección estratégica de las Brigadas Rojas, Remo Pancelli, reorganizador en la clandestinidad de la columna romana de la organización.

La fría ejecución de los dos agentes, Carretta Giusseppe y Saminarco Franco, calabreses, de veintiocho años, casados, parece ser una venganza fulminante de la mayor organización terrorista de Italia, que, aunque 'prácticamente desarticulada, aún sigue dando sus últimos coletazos.

El asesinato de los dos agentes fue llevado a cabo por dos personas después de hacerles caer en una trampa. Les desarmaron al lado de los jardines del Centro de Deportes de la Prensa, en la zona Flaminia, -les obligaron a arrodillarse y les dejaron prácticamente muertos a golpes de pistola. Tuvieron sólo la fuerza de arrastrarse, casi abrazados, unos metros antes de morir.

Los terroristas se llevaron sus pistolas, los chalecos antibalas y todo lo que se encontraba en la camioneta de vigilancia nocturna. En el mensaje reivindicativo, las Brigadas Rojas afirmaron: "Con el proceso Moro, el Estado desea destruir diez años de lucha proletaria, pero el partido de la guerrilla responde con la lógica de la destrucción". Da detalles de la ejecución de los dos agentes y recuerda la captura por parte de la policía del "compañero Panceni".

Las fuerzas del orden no excluyen que Remo Pancelli, cuando fue detenido, estuviera prepararando alguna acción espectacular contra el presidente Reagan, que iba a llegar a Roma horas después. La policía fue esta vez muy rápida y eficaz. Pancelli, que era uno de los dirigentes de las Brigadas Rojas más duros y que siempre se le había escapado a la policía, iba vestido de verano, con una camisa y pantalón de lino blanco, bronceado. Como si estuviera dirigiéndose hacia la playa de Ostia; al hombro, una lujosa bolsa de cuero; en los pantalones, un cinturón de cocodrilo firmado Pierre Cardin. Pero en la bolsa no llevaba el bañador, sino una pistola Browning y una bomba de mano MK-2, y un libro, Explotación, polución, guerra, de Jean Fallot. También varios cargadores de pistola y tres millones de liras. Es acusado de haber sido el carcelero del juez Giovanni d'Urso y de cinco asesinatos. La policía estaba siguiéndole desde hacía dos meses. Era un empleado de correos, ex sindicalista y ex secretario de una sección romana del partido socialista. Casado y con dos hijos, tiene 37 años. Se ha definido "preso político y revolucionario". El presidente del Gobierno ha felicitado a la policía.

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