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La invasión israelí del Líbano

Israel puede estar buscando la particion definitiva de Líbano

Ha comenzado la guerra de Líbano. El Gobierno israelí ha ordenado al Tsahal (Ejército de defensa de Israel) entrar en acción para "alejar las localidades fronterizas israelíes, en Galilea, del fuego de los terroristas instalados en Líbano". El ataque hebreo se inició por tres vías diferentes.

En realidad alejar las bases de la Organización para la Liberación Palestina (OLP) de la frontera israelí mediante una vasta operación militar cuyo meta, tantas veces proclamada en el pasado, es "destruir las bases y la infraestructura militares" de las unidades palestinas.El nombre en clave de esta operación es Paz para Galilea y no se descarta que el objetivo último sea la división de Líbano en una parte controlada por los sirios y otra dirigida por una coalición cristiano-chiíta aliada de Israel.

Al principio, la gente no se lo creía. Sin embargo con el comunicado del Gobierno que anunciaba "la paz para Galilea", los israelíes sabían que la guerra había comenzado. Otra vez se ve en las calles de Jerusalén, Tel Aviv y otras localidades, a los israelíes presurosos con el transistor pegado a la oreja.

Hay temor: "¿Qué diran los americanos?", "¿qué harán los rusos?". El Gobierno israelí advertía a los sirios en un comunicado que su Ejército no les atacaría, salvo si era atacado por las fuerzas sirias. "Tarea inútil", afirma un experto militar israelí, que llama la atención sobre el hecho de la participación de las unidades sirias en las filas palestinas en numerosos sectores de Líbano.

La radio israelí se refiere a las posiciones libanesas para hablar de la progresión de las fuerzas israelíes en territorio libanés, pues el portavoz del Tsahal declara secamente: "Nosotros no damos ninguna información sobre los movimientos de nuestras propias tropas israelíes".

Tres supuestos

El primer supuesto es que Israel se limite a reeditar la Operación Litani de 1977. Destrucción de las bases de la OLP al sur del río Litani y caza sin piedad de los palestinos armados para dar una lección ejemplar a los líderes de la OLP. Este plan habría sido rechazado por Ariel Sharon, ministro de Defensa, quien, junto con su jefe de Estado Mayor, general Rafael Eytan, espera "poner fin, de una vez para siempre" a la fuerza militar de la OLP en Líbano.

Desde esta perspectiva caben dos posibilidades. En primer lugar, y es el segundo supuesto echar el resto contra la OLP y contra los sirios. Los objetivos son expulsar a los sirios de la llanura de Bekaa y destruir las baterías de misiles instaladas por Damasco en este valle, en la frontera sirio-libanesa; simultáneamente, las fuerzas de la OLP son cogidas en tenaza entre las tropas israelíes que han invadido la Bekaa y las unidades desembarcadas en la costa mediterránea. El avance de las tropas judías sería apoyado por una ofensiva de las milicias falangistas libanesas contra los palestinos.

Al final de esta campaña Israel habría alcanzado una triple ventaja estratégico-política: .

1. Los sirios, expulsados de Líbano. La derrota de sus tropas conllevaría la caída de Hafez el Assad y un nuevo Gobierno, sunnita, pro saudí y pro norteamericano, tomaría el poder en Damasco.

2. La derrota militar de la OLP en Líbano supondría su derrota política en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza. Los palestinos moderados, liberados por fin del dominio de la OLP, se atreverían a hablar, con lo que se abriría una nueva era de cooperación y colaboración con Israel. Jordania aceptaría acto seguido hacer la paz con el Estado hebreo, cuya frontera por el Este, con el río Jordán, sería, finalmente, reconocida por Amman.

3. Un Gobierno cristiano toma el poder en Beirut y las tropas israelíes se retiran gradualmente del territorio libanés, tras haber firmado la paz y un tratado de defensa mutua con el nuevo Gobierno de Beirut.

Dos Líbanos

El tercer supuesto prevé que Israel aplasta a la OLP con la ayuda de las falanges cristianas, pero no toca a los sirios. El objetivo de esta operación sería la división de Líbano. Siria ocuparía el norte y el este (la Bekaa) del país y no saldría en absoluto humillada de esta guerra, sino todo lo contrario. Al mismo tiempo, Beirut, el centro, la costa y el sur de Líbano se convertirían en un Líbano Libre, bajo un Gobierno cristiano-chilita, protegido por Israel. Es esta posibilidad la que habría sido discutida entre Sharon y Bachir Gemayel, el líder cristiano libanés, durante un reciente encuentro secreto del que han informado fuentes libanesas.

Hafez el Assad, debilitado por luchas intestinas, vería en esta anexión, aunque parcial, de Líbano (aspiración secular de los sucesivos Gobiernos de Damasco) la ocasión de reafirmar su prestigio y consolidar su poder tambaleante. La Unión Soviética no intervendría, puesto que su protegido sirio obtendría satisfacciones importantes como consecuencia de esta partición.

La OLP dejaría de existir, como fuerza política y militar, al haber perdido su último refugio territorial, e Israel tendría las manos libres para conceder, de acuerdo con Egipto y Jordania, una autonomía para los palestinos de Cisjordania y Gaza.

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