Lindsay Kem y el Teatro del Globo de Sevilla, protagonizan dos semanas del Festival de Mallorca

Los cómicos de la legua de Lindsay Kemp han presentado una adaptación lírica del Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, en el II Festival Internacional de Teatro que se viene celebrando en el Auditórium de Palma de Mallorca desde el pasado día 13 de mayo. Siete funciones, en cinco días consecutivos, a lleno por sesión, han marcado el punto álgido de este certamen, que continuó el pasado lunes, con la puesta en escena de Fantasía para un juguete roto, de José Nicolá, a cargo del grupo sevillano Teatro del Globo. Entre tanto, han seguido los montajes de grupos mallorquines Jutipiris, Unicornio y Xus Estruch y Al Víctor.A los tres años de su estreno en Roma, Lindsay Kemp ha traído un sueño erótico, jocoso, de la noche de san Juan, cuando los misterios del bosque se revelan y se confun den las personalidades y los de seos. Desde 1979, la obra ha viaja do por Italia, Alemania, Madrid y Australia, y ahora llega a Palma a petición de la organización del Festival, del que son máximos res ponsables el teniente de alcalde de Cultura, Joan Nadal, y Jaime Adrover, experto dramático mallorquín. Antes, Lindsay Kemp había representado en Valencia El duende, un homenaje a Federico García Lorca, y no una obra sobre textos del poeta, como erróneamente se ha dicho. La dirección es de Kemp y Celestino Coronado y la música es de Carlos Miranda.

El Sueño de una noche de verano adquiere, con este montaje, visos de preciosismo lírico, aupados hasta la sutileza del ballet y entremezclados con episodios tragicómicos de Romeo y Julieta. El público catalanohablante se ve obsequiado con expresiones en lengua propia, otorgadas a una galería de por sí dispuesta a agradecerlas. Concesiones innecesarias para el triunfo de una reconocida labor teatral que Lindsay Kemp no necesita ofrecer.

La trama de la obra discurre alrededor de dos parejas de enamorados: Deseo Teseo, rey de Atenas, que esposará a Hipólita, reina de las Amazonas, después de capturarla por la fuerza, y Oberón y Titania, rey y reina de la hadas, entre los que la adaptación interpone al adolescente disputado, símbolo erótico y hermafrodita de la armonía.

Puck, el legendario duende aglutinador de múltiples conductas, es Lindsay Kemp y es la obra, porque desde que se descorre el telón de harapos zíngaros, hasta el adiós, no cesa de crear y conducir la trama de los desenlaces de este sueño veraniego, entre tormentoso y embrujado, que fascina al público.

Cuatro músicos, dirigidos por Carlos Miranda, creador de la sinfonía musical; 150 puntos de luz y efectos visuales; una perfecta coreografia de hadas-amazonas; Los trabajadores, grupo de cómicos que ensayan en el bosque su espectáculo para los esponsales de Teseo; el hombre árbol, del que se ahorca Romeo; la inalcanzable Julieta; el acordeonista-bufón y el firmamento subido en una escalera completan quizá la mejor compañía de actores que Lindsay Kemp ha conseguido reunir desde que empezara, en 1974, formando pareja con Orlando.

En cuanto a los aportaciones de grupos mallorquines al Festival, esta semana han presentado obra: Jutipiris, Unicornio y Xus Estruch y Al Víctor. Jutipiris, con Els passadisos, transcribe la vida cotidiana de una oficina, un hotel y un hospital. Los actores-mimos, de la mano de Pere Martínez Pavía (reciente premio de escultura del Ayuntamiento de Palma) investigan nuevas técnicas teatrales, dirigidas a un público que se divierte con sus evoluciones.

Unicornio desarrolla un guión de Femando Arrabal titulado Pic-nic y basado en la guerra civil española.

Xus Estruch y Al Víctor sacan La Peixetera (La Pescadora) a la calle, consiguiendo una dramaturgia costumbrista y real que incluso llega a ofender el escaso sentido crítico y humorístico de los casuales espectadores, atraídos por las cotidianas situaciones que se comentan y el ritmo ajustado y ágil del guión.

A partir del pasado lunes, el sevillano Teatro del Globo y el grupo mallorquín de Anselm Turmeda iniciaron su participación en el Festival con Fantasía para un juguete roto, de José Nicola, y Médico a la puerta, de Molière, en adaptación de Martí Mayol.