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La guerra en el Atlántico sur

Galtieri amenaza con llamar a tropas de otros países latinoamericanos en apoyo del Ejército argentino

El presidente argentino, general Leopoldo Fortunato Galtieri, hizo ayer un llamamiento a toda la nación para que continúe la guerra contra el Reino Unido "cualquiera que sea el tiempo y el esfuerzo que demande", y advirtió que las Fuerzas Armadas argentinas podrían volver a combatir en las Malvinas junto a los ejércitos de las "naciones hermanas de América y, si fuera necesario, de otras latitudes del mundo".

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El discurso de Galtieri, pronunciado durante la ceremonia conmemorativa de la creación del Ejército argentino, hace 172 años, contiene la primera refencia explícita del presidente de la República y de la Junta Militar gobernante a una posible internacionalización del conflicto del Atlántico sur.Galtieri no especificó a qué latitudes se refería en su arenga, aunque en otro momento dijo que agradecía "el firme apoyo recibido de las más diversas y lejanas naciones, sin distinción de razas o de credos".

Durante un acto celebrado aye en el patio de armas del edificio del Comando en Jefe del Ejército, el general Galtieri hizo un emocionado llamamiento a los veintiocho millones de argentinos para que ocupen sus puestos de combate en esta guerra "a la que hemos sido llevados por la intrasigencia de un régimen que rehusa abandonar formas de opresión condenadas por la humanidad".

En una clara alusión a EE U y a la CEE, Galtieri condenó "la incomprensible actitud de ciertos gobiernos que, subordinando sus declamados principios a oscuros intereses y dudosos compromisos, justifican o asisten al agresor con una decisión práctiamente inédita desde el fin de la segunda guerra mundial".

El presidente argentino identificó la lucha que libra su país contra Inglaterra con la "causa americana" y añadió que "nuestra causa es hoy la de los grupos humanos de todo el mundo que han sufrido o sufren la injusticia, el desdén y las presiones de quienes olvidan los principios éticos que dicen sostener".

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El encendido discurso del general Galtieri coincidió con informes, no reconocidos oficialmente hasta el momento, importantes avances británicos en el campo de batalla y con el anuncio de que el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Nicanor Costa Méndez, asistirá la semana próxima a la reunión que celebrará en La Habana el movimiento de países no alineados. Antes de la guerra, un gesto similar por parte del régimen militar argentino hubiera sido algo impensable.

Los comunicados del Estado Mayor conjunto difundidos ayer por la tarde señalaban que la resistencia de las tropas argentinas continuaban en el área de Puerto Darwin y Ganso Verde (Goose Green) y admiten que los británicos han conseguido desembarcar en la cabeza de playa importantes pertrechos bélicos y entre cuatro mil y 4.500 hombres. La aviación argentina bombardeó ayer los alrededores de Ganso Verde, donde hay una pista de aterrizaje de césped, que es el objetivo principal de la ofensiva inglesa desencadenada el pasado viernes.

Diversas informaciones extraoficiales parecían preparar ayer a la opinión pública para un próximo reconocimiento de la pérdida de Puerto Darwin y se referían a una ventaja numérica de tres a uno favorable a los atacantes. Encarnizados combates, incluso cuerpo a cuerpo, continuaban librándose en el istmo de Darwin, según estas versiones argentinas, que anunciaban cuantiosas bajas por ambas partes.

Galtieri dijo ayer que el Ejército "seguirá disputando al enemigo cada pedazo de suelo, de mar y de cielo argentino" y subrayó que no cuenta en sus filas con mercenarios ni recibe "asistencia subrepticia". Elogió el presidente el coraje de los combatientes argentinos y, en especial, el de los pilotos de la fuerza aérea y la aviación naval, un valor que "no es suicida ni inconsciente, sino fruto de una fe inconmovible en el deber que nos anima".

Agradeció también el jefe del Estado argentino los ofrecimientos de voluntarios procedentes "de la patria y de las patrias americanas", y dijo que "no tengo más fusiles, cañones, ni tanques para ellos, ni más buques ni aviones que puedan tripular. Si los tuviéramos seríamos una fuerza armada de millones para luchar por este legítimo derecho de defender lo nuestro". Más adelante señaló que "Argentina no necesita mercenarios porque todo el armamento del mundo no bastaría para dotar a los voluntarios, hombres y mujeres, que piden un puesto de combate". El general Galtieri concluyó su arenga pidiendo a Dios que, "más allá de los avatares de la desigual batalla contra el agresor extracontinental y quienes le apoyan", impidan que se apague la llama que ilumina "el despertar de la América nuestra y el de los pueblos privados de su libertad", por la prepotencia de aquellos que dicen defender "principios que nunca han respetado".

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