La pintura de medio siglo de Daniel Vázquez Díaz, expuesta en el primer centenario de su nacimiento
El Ministerio de Cultura y el Banco de Bilbao organizan las dos muestras más importantes del artista andaluz
"Cuando terminé el bachillerato decidí mi vocación: sería pintor, nada más que pintor". Esta obsesión creadora de Daniel Vázquez Díaz (Nerva, Huelva, 1882-Madrid, 1969) acompañó al pintor durante toda su vida y le hizo ser uno de los artistas modernos más prolífico y profundo y uno de los maestros más significativos del retrato. Aunque su desaparición no está lejana en el tiempo vuelve ahora la obra de este pintor andaluz enamorado de la vida y de los temas vascos en las dos exposiciones más importantes de las celebradas hasta ahora, que se inauguran hoy en Madrid, una patrocinada por el Ministerio de Cultura, nutrida con obras de las colecciones estatales, y otra organizada por el Banco de Bilbao que recoge cuadros del pintor conservados en colecciones particulares. Posteriormente serán expuestas en otros lugares de España.
"Me gustaba estar sólo para pintar y todo el tiempo me parecía poco para ir trasladando al papel aquellas cosas que veían mis ojo o las que adivinaba envueltas en aquellos celajes grises de mi pueblo". El secreto de la capacidad de Vázquez Díaz fue, según cuenta ahora su nieta, Laura Vázquez Díaz, su dedicación al trabajo. "Pintaba de sol a sol desde la mañana hasta la noche No tenía vicios y a pesar de su temperamento fuerte y nervioso era una persona afable". Esta capacidad de trabajo y esta afabilidad le permitieron retratar a lo personajes más significativos del primer medio siglo XX español desde el Rey Alfonso XIII hasta Indalecio Prieto, pasando por Unamuno, Azorín, García Lorca, José Antonio, Zuloaga, José Ortega y Gasset, Domingo Ortega...Las dos exposiciones, aunque han tenido organizaciones diferentes, se presentan de una forma coordinada para conmemorar el centenario del nacimiento de Vázquez Díaz. La patrocinada por el Ministerio de Cultura, que ha sido colgada en las salas de la Biblioteca Nacional (Paseo de Recoletos, 22), está integrada por 260 cuadros, realizados des de su juventud hasta lo últimos años. Estas obras proceden en su mayoría de la colección particular donada por la familia al Museo Español de Arte Contemporáneo. También hay otras obras de museos estatales y de colecciones particulares.
Toreros y paisajes
Toreros, paisajes, hombres de su tiempo, conquistadores... se incluyen en esta muestra oficial que pretende mostrar la riqueza pictórica de uno de los artistas, adelantados de la modernidad en España y el maestro de una gran parte de los artistas españoles actuales. Esta muestra será trasladada posteriormente a Huelva. Allí, será abierta el día 12 de octubre coincidiendo con la fecha del Descubrimiento y con el comienzo y el final de la realización de los frescos que pintó en La Rábida Vázquez Díaz.El Banco de Bilbao, por su parte, ha recogido 105 obras de colecciones particulares, desde el tercer cuadro (Cabeza de animal, 1898) hasta la última e inacabada obra titulada Las biznietas (1962). Esta muestra, que puede contemplarse en la sede de la entidad bancaria en Castellana, 81, Madrid, ha sido montada con criterios didácticos que recogen sus épocas andaluza, vasca, parisiense, nuevamente vasca y madrileña. Esta muestra supera, según el director de la misma, Alfonso Valdivieso, las dos anteriores, la celebrada en la galería madrileña Quixote en 1970 y la de la Fundación Rodríguez Acosta de Granada en 1970.
Para el director general de Bellas Artes, Alfredo Pérez de Armiñán, que estuvo ayer en la presentación a la Prensa de la exposición del Banco de Bilbao, la celebración de las dos exposiciones significa en primer lugar la visión privada y pública de la obra del pintor y demuestra la posibilidad de complementar las acciones de un organismo público y una entidad privada en orden a promover la cultura. "En este caso las acciones conjuntas se han dedicado a resaltar el significado histórico y artístico de un pintor que tiene todas las dimensiones de un pintor español, ya que vivió dentro y fuera de España y sintetizó influencias en una específica visión personal que también le hizo ser un gran maestro".
Daniel Vázquez Díaz siempre conservó la "luminosidad" de su Andalucía natal a pesar de que llegó a identificarse con el País Vasco hasta tal punto que, como explica su nieta Laura, "mucha gente ha creído siempre que era un pintor vasco". "Cuando pasaba hacia París en 1906 descubrió el paisaje vasco de Fuenterrabía y San Sebastián, de cuya niebla y luces tenues quedó completamente cautivado. Nunca se desprendió, como una muestra del amor a esta tierra vasca, de su boina de terciopelo negra".
Durante sus doce años en París coincidió con Picasso, Falla, Canals, Modigliani, Rubén Darío... En 1918 regresó a España, donde encontró dificultades. Se le acusó de afrancesado. Sin embargo para Josep Pla "Vázquez Díaz llevaba en el reloj la hora de Europa". Después vendría la convivencia con Unamuno y otros grandes personajes de la cultura española en la Residencia de Estudiantes de Madrid, la pintura de los frescos de La Rábida (1929-1930), la guerra civil y la enseñanza de la pintura entre discípulos como Rafael Canogar, Rafael Vázquez Aggerholm, Díaz Caneja, Morales, Álvaro Delgado, José Caballero, Cristino de Vera, Javier Clavo, Agustín Ibarrola y Fernando Ribes.
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