Barbarie en la 'suerte' de varas
El vidrioso tema de los puyazos traseros, que hemos abordado en varias ocasiones, no tendrá remedio si no hay mano dura contra quienes los practican y sus inductores. Los presidentes deben imponer las multas que prevé el vigente reglamento taurino. Hemos llegado ya a extremos de barbarie.Hasta hace poco, muchos picadores recibían al toro metiendo trasera la puya, pues allí clavan seguro y detienen con mayor facilidad a la res. Pero ahora, aunque la res ya esté detenida, enredada en el peto, y apenas sin fuerza, buscan deliberadamente el punto trasero donde saben que harán más destrozo. A muchos toros los asesinan literalmente en el primer tercio.
Cuando se habla de las caídas de los toros, los taurinos dicen que no hay fraude -¡nunca, jamás, imposible!- Pues a ningún torero le interesa que se produzca esta anomalía, que desluce las faenas. Sin embargo, esos mismos toreros propician que sus picadores les conviertan los toros en bicarbonato.
Babelia
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