Prohibida la pesca con gusano
Pescar con gusano es algo que no debe hacer un caballero inglés. Pero la gran confederación de los empresarios españoles parece muy poco tentada por tales caballerías y se lanzó, gusano en i caña, a pescar votos de miedo en Andalucía. Los organismos competentes se lo han vedado. Algunos han considerado la prohibición como una señal alarmante, que agua la fiesta. ¿Adónde vamos a parar?, ¿dónde está la libertad de expresión?, ¿es que vamos a confundir a un directivo de la CEOE con un vendedor ambulante que vocea su mercancía en la Feria de San Isidro?Para empezar, el hallazgo del gusano y la manzana había sido una creación genial. Buenos duros le habrá costado a la asociación empresarial compensar al gran experto en formación de imágenes y actitudes que, en un arranque de inspiración, concibió el mensaje y su grafía. Una manzana de la que sale un gusano con una hoz y un martillo, más un puño de, añadidura, supone una conjunción de Freud y Leonardo muy dificil de alcanzar. Es cierto que no todo el mundo ve en los gusanos un símbolo de la destrucción y de la muerte. Jung pensaba que los gusanos tienen una significación destructora de la líbido, pero no parece probable que los empresarios pensaran en tales cosas. En cambio, es más grave que los grandes expertos en mensajes no hayan recordado que los gusanos, en muchas tradiciones, simbolizan la transición triunfante: de la muerte a la vida, de la tierra a la luz, del estado de larva al vuelo espiritual. Un rey del Ulster, Couchobar, nació con un gusano en cada mano, y, según una leyenda china, el género humano procede de la gusanera del ser primitivo. Hay, pues, algunos problemas a la hora de valorar el significado de un gusano que porta sobre sus lomos la hoz y el martillo.
En cuanto a la manzana, más vale no hablar: puede ser un fruto de inmortalidad, como las del jardín de las Hespérides; puede ser un elemento de discordia, como la manzana de París, puede significar la fecundidad del Verbo Divino, como en el Cantar de los cantares; puede constituir una fuente de conocimiento y de sabiduría, como la manzana de Adán -aunque, en este caso, el saber podía ser para el bien o para el mal-. En las tradiciones célticas de mi Galicia natal, la manzana es un alimento maravilloso, que prolonga la vida. Cuando Alejandro Magno buscaba en la India la fuente de la juventud, se encontró con manzanas que alargaban hasta cuatrocientos años la vida de los sacerdotes. Más aún de los que logró vivir san Ero, escuchando a un mirlo en el monasterio de Nuestra Señora de la Armenteira. De modo que puede ser peligroso meterse a fabricante de mensajes, con manzanas y gusanos por medio.
Impulso suicida
Ahora bien: con independencia de lo que cada uno quiera pensar de los gusanos, y de que sea o no caballeroso pescar con ellos, en el comportamiento de los señores de la CEOE, al pregonar su cruzada andaluza, se ha visto un cierto impulso suicida, una especie de anhelo místico de fundirse con sus amados intereses en abrazo niortal. Todos saben o intuyen que la mayoría de los grandes empresarios utilizan y se sirven de los partidos de la derecha para garantizar sus intereses y conservar sus privilegios Pero mostrarlo de una manera tan explícita, interviniendo en una campafiq ellectoral como un partido político más, es dejar muy claro antelos ciudadanos el sentido que tiene votar a tales partidos.
Todos los esfuerzos de la derecha para convencer de su defensa de humanismos, principios espirituales elevados y altos valores, se ven anulados ante la evidencia plástica de que los únicos valores que cuentan en esta historia son los bursátiles.
Plantear unas elecciones como una cruzada, con apelaciones a los gusanos y a las formas de conflicto abierto, es crear las condiciones de una radicalización política que lleve a plantear el hambre de los parados como una consecuencia de la gula empresarial y del señorito. Si empezamos con analogías animalescas en la izquierda, seguirá un proceso equivalente en la derecha, con frailazos, banqueros tragaobreros y empresarios lobunos. Es decir, caeremos en un retroceso de medio siglo, del que seran responsables quienes con tan poco sentido se han lanzado a la guerra santa. A veces, viendo la actuación de una gran parte de la derecha española, se tiene la impresión de que está afectada por el síndrome del diplodocus.
Este impresionante y enorme animal fue incapaz de evolucionar. En vez de medrarle la cabeza, le crecieron el estómago y el rabo. El diplodocus siguió, ajeno a los cambios del entorno, consumiendo sus doscientos kilos diarios de alimento hasta su total extinción. Después del diplodous se han dado otros casos similares y, al parecer, aquí tenemos partidarios de seguir la tradición: mejor perecer que cambiar o perder un privilegio.
Los muchos empresarios españoles que no están afectados por el síndrome, ni sienten tentaciones de cruzada, deberían reparar un poco más en el rumbo que están poniendo a su nave los pilotos de la CEOE. De momento, le han prohibido pescar con gusano. La CEOE ha protestado por la veda, con poca visión histórica. Tal vez la veda sea una medida para que puedan seguir pescando, si bien será preciso atenerse a las artes legales.
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