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La guerra en el Atlántico sur

La batalla de San Carlos

Andrés Ortega

Cuando las tropas británicas desembarcaron el viernes en la zona de San Carlos, unos comandos británicos, que llevaban tiempo allí, se les unieron. El desembarco duró toda la noche concentrado en tres puntos distintos. Unos cinco mil soldados británicos bajaron a tierra.Era la noche del jueves. Los buques anfibios británicos zarparon del extremo oriental de la zona de bloqueo de las islas Malvinas para congregarse con otros buques al norte de San Carlos, por encima de la extremidad del canal que separa a las dos islas.

La flotilla británica, unos veinte barcos en total incluidos los buques de apoyo, entró en el canal, mientras otras fuerzas procedieron a lanzar ataques de diversión en otros lugares para confundir al enemigo. En una de estas incursiones contra la posición argentina de la península de Fanning Head, a unos diez kilómetros de San Carlos, los británicos hicieron nueve prisioneros.

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Medianoche en las Malvinas (4.00 del viernes en Madrid), los buques de escolta tomaron posiciones defensivas en las aguas del canal para concentrarse en operaciones antíaéreas y antisubmarinas y dar cobertura con sus cañones a las fuerzas de asalto. Los portaviones se mantuvieron alejados al este de las islas, fuera del alcance el enemigo.

A las dos de la madrugada, los británicos lanzaron tres desembarcos en las arenosas playas de San Carlos y de Puerto San Carlos y de la bahía de Ajax. Silencio y "sorpresa total", señaló a los periodistas el coronel de marines, Tim Donkin, que proporcionó gran parte de estos detalles. En estas playas se les unieron elementos, seguramente de los comandos SBS y SAS, que habían desembarcado con anterioridad.

Allí estaban los buques anfibios Intrepid y Fearless y el crucero Canberra, mientras que lanchas más pequeñas se movían constantemente entre las playas y los barcos. Establecidas dos cabezas de playa, y mientras se conseguía el desembarco apoyado por helicópteros, las fuerzas británicas se dirigían a través de terrenos pantanosos a una posición más alta. "A la salida del sol", aseguró Donkin, "teníamos asegurada una muy atractiva posición de defensa".

La bandera británica vuelve a ondear sobre las Malvinas. Sus tropas llegaron al poblado de San Carlos, donde cincuenta habitantes les acogieron "entusiasinados" y les ayudaron- a transportar las municiones con sus tractores.

El cuarto desembarco

Con el sol, llegó el cuarto desembarco, esta vez con helicópteros, sobre el poblado de San Carlos. Las fuerzas británicas se encuentraron aquí con una "débil compañía enemiga" que huyó, no sin antes derribar dos pequeños helicópteros Gazelle de los británicos.

Tres horas después del amanecer, llegó el primer ataque argentino. Primero fueron unos Pucara que al ver la situación avisaron a las demás fuerzas. Llegaron doce Miraae Y Skyhawk. seguidos por nuevas oleadas difíciles de establecer. Dorikin supone que unos cuarenta aviones argentinos participaron en esta operación.

Los Harrier británicos contraatacaron en esta llarga batalla aérea que duró de sol a sol y derribaron a ocho aviones ¡argentinos. La lluvia de misiles lanzados por los buques británicos alcanzó a otros dos aviones enemigos.

Desde tierra, las fuerzas británicas derribaron a otros aviones con su artillería. Catorce cazabombarderos argentinos cayeron, siempre según la versión de Londres. Los aviones argentinos siguieron lanzando sus borribas'y disparando sus cohetes en las aguas del canal.

De modo casi milagroso, las fuerzas anfibias británicas no fueron tocadas, según la versión inglesa, pero cinco de sus buques resultaron alcanzados. La fragata Ardent se,hundió durante la noche. Se puso el sol.

Los aviones argentinos se retiraron. Los británicos sieguieron desembarcando hombres y materiales, hasta poner en tierra a cinco mil hombres.

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