Fernández Ordoñez: "No soy un político puro, la cultura es inseparable de mi vida"
Aparece el libro 'Palabras en libertad', del líder del Partido de Acción Democrática
"Para mí la cultura es una segunda dimensión de mi vida. Yo suelo decir que no soy un político, sino que estoy en la política, pero sé que es un sofisma que me invento", dice Francisco Fernández Ordóñez, ex ministro de Hacienda, ex ministro de Justicia y líder del Partido de Acción Democrática. En cualquier caso, en su imagen hay cultura en dosis superiores a las de cualquier político, y esto es muy evidente en el libro Palabras en libertad, una larga entrevista con Eduardo G. Rico, que presentará hoy en la Librería de Cristal, editado por Argos Vergara.
Francisco Fernández Ordóñez ojos vivísimos detrás de nada o de unas gafas ocasionales, cigarro de hoja, camisa crema con prestigio de seda natural, alpaca azul, gemelos de oro, está en su despacho. Un político indiscutible, que fue la cara moderna, progresista y culta de UCD, y que ahora puede representar el rostro culto y socialdemócrata de la moderada izquierda española. "Aquí estuvo la primera consulta de Marañón. Es un despacho céntrico y cómodo, y además está muy cerca de mi librería". No: el exministro no es librero, pero compra libros, y lee. Se nota enseguida, cuando se le lee a él mismo y cuando se habla con él. "Lo conservo sobre todo porque algún día seré un abogado normal".La nostalgia es uno de los elementos que surgen casi todo el tiempo en sus palabras, junto con cierta coquetería que está muy bien y un humor que quita mesianismo.
El despacho -"es bastante impersonal, no?"- no tiene esa foto del viejo Machado en el exilio, con mirada de muerte y barbas de enfermo, que siempre le escolta en las revistas. "Está en casa. Me la he llevado conmigo en trece traslados, desde que me la regaló mi hermano José: es como un fetiche, porque al final uno vive rodeado de objetos que, por una razón u otra, va queriendo... Machado es el escritor que me desvirgó en la poesía a los catorce años. Fue el deslumbramiento, el darse cuenta de lo que es el lenguaje poético".
Regreso a Juan Ramón
"Con los poetas", dice, "pasa algo muy raro, como con las mujeres. Hay poetas que uno deja de leer y otros que no. Los hay que son el flechazo, pero no amores duraderos. Hay poetas que uno lee siempre. Yo vuelvo cada año a Juan Ramón Jiménez". "Esta Semana Santa leí la última novela de Milan Kundera. La leí dos veces. Me impresionó. Y vuelvo en cambio siempre a Camus... El novelista que no se me cae nunca de las manos es Onetti: releo sus cuentos sin parar. Y Borges, que es de una tersura infinita, y Cortázar, y García Márquez. García Márquez me produce la irritación de lo perfecto. No comprendo cómo la gente puede leer algo suyo, un artículo, por ejemplo, y ponerse a escribir".La lectura y la política son las dos razones que Francisco Fernández Ordóñez tiene para no escribir ficción, o como él dice, creación. Todo el mundo sabe que el exministro ha escrito versos, que de vez en cuando los relee y entonces rompe y tira, y que no piensa publicarlos, él que es un hombre público. "Yo creo que los escritores no leen mucho: la lectura da autocrítica, y a muchos a lo mejor es eso lo que nos impide escribir. Te aseguro que de mi libro La España necesaria lo firmo todo como está, aunque haya pasado algún tiempo. Pero la creación es otra cosa. Uno no puede elegir ser Shakespeare, o ser Eliot". "¿Has visto Amadeus? Yo creo que el drama de Salieri cuando aparece Mozart es muy general. Es muy peligroso", dice riendo, "vivir en la proximidad del genio".
La política seca
Y la política, "la política seca. Seca, vulgariza y te convierte en un señor algo simple que tiene recetas para todo... Porque es simplíficadora. En política se está entre lo verdadero y lo falso. La cultura está en lo que Azaña llamaba la zona templada del espíritu, el amplio mundo de lo opinable. Claro que a los que nos situarnos ahí nos llaman indecisos. Yo soy cualquier cosa menos indeciso, pero no tengo el fanatismo que produce habitualmente la política".Y, dice con nostalgia verdadera, "yo he tenido que elegir: me dan envidia escritores como mi amigo José Luis Sampedro, tienen una paz o una serenidad suficiente, o Francisco Umbral, o Gabriel Celaya. Yo corté con la creación, aunque he seguido escribiendo, aparte de la literatura profesional, textos de reflexión sobre la situación y la realidad española".
En Palabras en libertad, que publica Argos Vergara, habla Francisco Fernández Ordóñez de casi todo lo divino y lo humano. De por qué se fueron de UCD -"la gente dirá que, siendo así, cómo esperamos tanto, pero había que concluir la Ley de Divorcio"- del proyecto político que vertebra su nueva opción, de los problemas que se plantean en la España de estos dias. Sale mucho la palabra regeneración, y se habla de reforma del Estado. "He adelantado", dice resumiendo, "algunos juicios sobre casi todos los temas. No pretende ser electoralista, aunque es inevitable que lo sea, como todo lo que hace cualquier político".
Y la palabra clave es, según él, participación. Sobre todo, en cultura. "La cultura es participación, y este es un reto planteado no sólo en España, sino en todo Occidente. Yo creo en una sociedad de hombres cultos, con capacidad de creación. Evidentemente, el riesgo es el de la cultura de supermercado, y a lo mejor hay algún placer elitista. En cualquier caso ahí está el tema del ensanchamiento cultural, del que la ópera en España es un ejemplo. Ahora hay que buscar los medios para que la gente, además de oir, cante. Es decir, que participe".
Babelia
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