Toreo a una mano
El empresario de Las Ventas ha instituido un importante premio en metálico para el peón que mejor toree a una mano. Este premio ya quedó desierto el año último y no parece que en el presente vaya a haber mejor resultado.Con independencia de que la iniciativa del empresario es elogiable, resulta curioso que sea preciso incentivar una modalidad del toreo a la que está obligados los subalternos por reglamento. Dice éste, con absoluta claridad, que tienen prohibido torear a dos manos, y sin embargo no hay individuo de la cuadrilla (así, los llama) que lo haga a una.
No hace mucho, un peón se proclamaba el mejor entre los de su oficio, con un énfasis que avergonzaría al mismísimo Magritas, y sin embargo nunca le vemos bregar con el capote a una mano. El vicio se ha hecho costumbre. Lo que se inventó y durante toda la vida se practicó para no quebrantar los toros, para "dejarlos ver", para correrlos sin molestarlos, que además tenía belleza y por supuesto riesgo, sólo es recuerdo. Un atentado más contra el rico repertorio del toreo.