_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Psicosis vendedora ante las elecciones andaluzas

Con fuertes bajas en los sectores punteros ha sido iniciada la semana bursátil previa a las elecciones al Parlamento andaluz. Desde primeras horas de la mañana de ayer se podía apreciar claramente la enorme desventaja estre las escasas órdenes de compra que acudían a los corros y el creciente flujo de ventas, que se multiplicaba a medida que avanzaba la mañana. Frente a este hecho, muy poco podían hacer los cuidadores de los repectivos valores. El respeto al 100% del índice general se había perdido, y los fantasmas ancestrales de este país deambulaban a sus anchas por las salas de contratación, al calor de los resultados de las encuestas preelectorales, que arrojan una clara diferencia favorable al PSOE.Lo que no quedaba excesivamente claro es sí esta acentuación del largo proceso bajista que atravesaban los mercados de valores españoles correspondía a una idea preconcebida por parte de los principales inversores institucionales, o si, por el contrario, los resultados de los últimos sondeos de opinión e intención de voto en las elecciones andaluzas habían tenido una influencia fulgurante y negativa en las decisiones de los especialistas en los mercados bursátiles.

En cualquier caso, la pregunta que circulaba con mayor fuerza en los parqués de las bolsas españolas era quién podría ser el último beneficiario de este aparente deblace bursátil. La respuesta, a pesar de no resultar unánime, resultaba rotunda por parte de los analistas independientes: las formaciones conservadoras.

Este criterio se basaba en dos principios convergentes. La mayor parte de los inversores bursátiles pertenecen o tienen una extracción social pequeño-mediana burguesa, y entre ellos predominan las personas de edad. A su vez, todas las encuestas realizadas coinciden en señalar un elevado nivel de indecisión en el voto. La experiencia en países con más larga trayectoria parlamentaria que el nuestro indica que, al final, los votos indecisos se suelen decantar, en su mayoría, hacia las opciones moderadas.

Unión de Centro Democrático (UCD) y Alianza Popular (AP) se disputan los votos de los ciudadanos andaluces con pocas ganas de aventuras y sobresaltos. En principio, serían los dos destinatarios lógicos de los votos que el terror bursátil a un triunfo socialista pudiera generar. Sin embargo, en medios políticos se estima que UCD en Andalucía va a recibir un voto de castigo, ante sus múltiples veleidades. En medios empresariales se ha. puesto claramente de manifiesto la simpatía por la conservadora, AP. Las conclusiones a las que pueden llevar estos planteamientos no son demasiado complicadas.

No obstante, no se puede hablar con propiedad ole una acción claramente instrumentada por los medios próximos a la gran patronal para provocar un desmoronamiento de las bolsas españolas. Al menos nadie en las salas de contratación se atrevía a afirmar esto.

Sin embargo, la suma de razones técnicas, como la manifiesta debilidad del mercado, la posibilidad de cobrar por adelantado los dividendos de las eléctricas materializando las plusvalías generadas, y el convencimiento generalizado entre los especialistas de que se podrían producir bajas de cierta consideración, han aparecido como las causantes del descalabro bursátil de ayer.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_