El mundo árabe intenta 'cerrar filas' para hacer frente a las declaraciones amenazadoras de Israel y las victorias iraníes

El mundo árabe se encuentra en plena efervescencia tras las declaraciones amenazadoras de Israel y las victorias militares iranies sobre el Ejército iraquí en torno a la ciudad de Jorramchar. Israel anunció por primera vez el viernes a través del jefe de su Estado Mayor, Rafoul Eytan, que había concentrado importantes efectivos militares en la frontera con Líbano, país que estaba dispuesto a Invadir para acabar con la presencia palestina.

La aviación hebrea sobrevoló ayer en numerosas ocasiones el sur de Líbano y Beirut. Mientras, estaba reunido en Beirut el Consejo Militar Superior de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) bajo la presidencia de Yasir Arafat, para examinar la situación en el sur de Líbano.Paralelamente, Siria intenta reactivar el Frente de la Firmeza -integrado por Siria, Libia, Argelia, Yemen del Sur y la OLP- para que le proporcione ayuda ante un eventual ataque israelí. En este sentido debe interpretarse el viaje a Argelia y Libia del presidente sirio Hafez el Assad.

En Damasco se proyecta también un viaje de Assad a Moscú para confirmar la obtención de ayuda soviética, no sólo en caso de ataque israelí contra el territorio sirio -apalabrada a raíz de la firma del Tratado de Amistad y Cooperación con la URSS en octubre de 1980- sino también contra las fuerzas sirias estacionadas en Líbano.

Los países del golfo Pérsico intentaron, sin éxito, este fin de semana en Kuwait adoptar una política común de defensa contra Irán y medidas de represalia contra Siria, país aliado del régimen islámico iraní en guerra contra Irak.

Pero los trabajos del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) fueron aplazados hasta el mes próximo sin que se llegase a un acuerdo a causa de la actitud de Arabia Saudí, que se opuso a la adopción de sanciones contra Siria.

Arabia Saudí, señalaron fuentes diplomáticas, protegida por sus inmensos desiertos, no se siente amenazada por Irán pero sí se considera involucrada en el conflicto árabe-israelí a causa de sus lazos con la OLP -Riad financia en gran parte a los palestinos- y de su deseo de liberar la ciudad santa de Jerusalén.

Tras la reanudación de relaciones diplomáticas entre Tel Aviv y Kinshasa -el Zaire es el primer país africano que restablece relaciones con Israel tras la devolución del Sinaí a Egipto- el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Yitzhak Shamir, declaró ayer que "tenemos válidas razones de creer que el ejemplo del Zaire va a influenciar positivamente a los Gobiernos de otros países africanos".

Zaire abrirá su embajada en Jerusalén y no en Tel Aviv.

Fuentes allegadas al Ministerio israelí de Asuntos Exteriores revelaron ayer que el primer ministro hebrero, MenáJem Beguin, envió un mensaje personal a todos los jefes de Estado africanos que mantenían hasta 1973 relaciones con Israel invitándoles a reanudarlas.

El diario argelino El Moudjahid opinó ayer que la decisión del Zaire equivalía a Odar un golpe a la solidaridad árabe-africana".