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Las obras de arte robadas en España hacen las delicias de los anticuarios de Bruselas

Exposición de una parte del botín rescatado a la banda de Eric el Belga

Soledad Gallego-Díaz

Las obras de arte robadas en España hacen las delicias de los anticuarios belgas, que las compran, evidentemente, de buena fe y a bajo precio. El colmo de la desfachatez podía comprobarse el otro día en Bruselas. A un kilómetro escaso de la Embajada de España, en la que se organizaba una pequeña exposición con algunas de las obras recuperadas, un anticuario del Grand Sablon exhibía tranquilamente en su escaparate una de las hojas de un libro gótico robado en Roda de Isábena (Huesca). Las otras 71 páginas estaban entre los objetos recuperados.

La detención de Eric el Belga y de parte de su banda ha permitido recuperar una parte del inmenso botín que estos expertos ladrones obtuvieron en las iglesias castellanas, aragonesas o catalanas, que desvalijaron durante más de cuatro años sin que nadie les pusiera coto. Entre el botín recuperado en Bruselas figuran dos tapices de Castrojeriz (Burgos), elaborados sobre cartones de Rubens en el siglo XVII. El anticuario que pretendía venderlos ha exigido el pago de unas 200.000 pesetas, "que es lo que me costó a mí". La Embajada ha pagado religiosamente, pero se ha negado a compensar la factura del tinte, que el avispado comerciante pretendía también recuperar.Afortunadamente, en este caso el daño es reparable. No sucede así en la tabla hispano-flamenca del siglo XV, escuela de Fernando Gallego, que los salvajes ladrones serraron minuciosamente para obtener una más fácil venta.

"Sólo en Castilla-León", afirma el subdirector de Cultura del Consejo General preautonómico de la región, Alejandro Massó, "se han producido desde 1979 más de doscientos robos de obras de arte. El botín en cada caso es superior a los veinte millones de pesetas a precio de venta en el mercado clandestino. Si se calcula con el precio auténtico (el que pagaría el Museo Metropolitano de Nueva York), los expertos franceses estiman que han salido de España obras de arte robadas por valor de más de 6.000 millones de pesetas".

La culpa es del Ministerio de Cultura, según Massó, que no posee ni tan siquiera un inventario de las obras de arte propiedad del Patrimonio Nacional.

Massó acusa tarribién a parte de la Administración provincial y denuncia extrañas circunstancias: "Por ejemplo, en Palencia, donde sólo ha habido seis o siete". Massó cuenta anécdotas una tras otra: "Los ladrones de la sillería de nogal de Santa María de la Huerta, en Soria, tuvieron que tirar a la cuneta seis o siete metros de sillería porque pesaba tanto que el camión no podía transportarla entera". "En octubre de 1979 desapareció de Santa Eulalia (Paredes de Nava) un tríptico de tres metros de altura, y la custodia de plata maciza de la catedral de Teruel medía 2,86 metros. En Presencia (Burgos) no queda nada; se han llevado desde los órganos hasta el altar, limpiamente". ¿Dónde está todo esto? ¿Cómo han podido robarlo sin que nadie lo advirtiera?, se pregunta.

La versión de lo ocurrido es distinta en boca de Araceli Pereda, del Centro Nacional de Información Artística, del Ministerio de Cultura, encargada de realizar el inventario del patrimonio artístico español. Según Araceli Pereda, la realización del inventario ha tropezado con enormes dificultades por parte de la Iglesia española, hasta el extremo de que en ocasiones los expertos del Ministerin tenían que decir que realizaban una tesis doctoral en lugar de su aténtico trabajo para poder acceder a los tesoros de algunas parroquias o iglesias. "El centro ha contado con un presupuesto ridículo", añade Araceli Pereda, para quien la policía española, con los escasísimos medios que posee, ha realizado un gran trabajo. "Si Eric el Belga no pudo ser detenido antes fue precisamente porque algunas personas hablaron demasiado", explica.

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