Una plaza de temporada

La feria transcurre con mucha animación, las entradas van a ser importantes durante el abono, habrá bastantes llenos. En este sentido, la empresa de Las Ventas no tiene problemas.El problema quizá se presente después de la feria ya que, normalmente, el público se retrae en los festejos veraniegos. Para muchos taurinos, esta situación es insuperable y hay que rendirse ante la evidencia.

Lo que no dicen (quizá porque ni se les ocurre) es que Las Ventas fue siempre plaza de temporada, hasta que a Livinio Stuick se le ocurrió fortalecer él negocio de la sociedad que representaba -Nueva Plaza de Toros de Madrid, S.A.-, con la invención de la Feria de San Isidro.

Acertó en el planteamiento del abono y en su enfoce publicitario, y a la vista están sus resultados. Pero erró al olvidarse de mantener en línea de. interés el resto de la temporada. La consecuencia eue que ésta fue perdiendo la atención de los espectadores.

Los sucesores de don Livinió en la gerencia de aquella empresa no tuvieron empuje para relanzar el espectáculo; Canorea y Berrocal fueron dos pintorescos caprichos del destino a quienes desbordó la "primera plaza del mundo", y a poco se la cargan. Chopera tiene, sin embargo, categoría empresarial y capacidad organizativa suficientes para conseguir que la temporada taurina madrileña recupere los niveles de importancia que le dieron, fama. Este es su reto.