Declarado monumento histórico la península de La Magdalena

Con la declaración, aparecida ayer en el Boletín OfIcial del Estado, de conjunto histórico-artístico de la península de la Magdalena se preserva uno de los lugares más bellos de la ciudad de Sántander. En el recinto se encuentra ubicado el palacio que la capital de Cantabria donó a la familia real en 1908 y que en 1978 fue adquirido a su propietario don Juan de Borbón por el Ayuntamiento de Santander.La construcción del Palacio de la Magdalena fue encargada en 1910 por el Ayuntamiento de Santander al arquitecto Javier C. de Riancho, ganador del concurso de proyectos convocado al efecto y que fue supervisado por el propio monarca Alfonso XIII. El acuerdo de la corporación municipal santanderina de construir el palacio en la península de la Magdalena para donárselo a la familia real, fue adoptado el 15 de enero de 1908 por unanimidad de todos los concejales, iniciándose las obras dos años después y quedando, finalizadas el 26 de julio de 1912; un mes después el entonces alcalde de Santander, Pedro Sanz Martín, entregaba las llaves de oro a los Reyes, concediéndoles la propiedad de la finca así como de las construcciones que allí se encontraban, con el objeto de asegurarse las visitas estivales del Rey.

Fue la reina Victoria Eugenia quien supervisó personalmente los detalles de decoración del Palacio, que quedaron definitivamente terminados a lo largo de ese año y primeros meses del siguiente.

El palacio fue incautado por orden del Gobierno republicano el 14 de mayo de 1931, siendo alcalde de Santander el socialista Macario Rivero. Un año después el ministro de Instrucción de la República, Fernando de los Ríos, creó la Universidad Internacional de Verano, tomando como sede el palacio y cuyas actividades se prolongaron hasta 1936. Con el fin de la guerra civil, la península de la Magdalena y el Palacio del mismo nombre son devueltos a la familia real. A finales de los años cuarenta, la Universidad Internacional, rebautizada Menéndez Pelayo, renueva sus actividades en el citado recinto, mediante el acuerdo realizado con el entonces propietario Don Juan de Borbón. El padre de Don Juan Carlos vendió el palacio a la ciudad de Santander en 1978, en un precio simbólico de 150 millones de pesetas.