Propuestas sobre las Malvinas
Como lector asiduo de EL PAIS, vasco y ciudadano del mundo, me dirijo a usted para exponerle una idea que se me ha ocurrido. Quizás sea una tontería, pero ante la sangre que se puede derramar en la invasión de las Malvinas, creo que sería un lujo desperdiciar la ocasión de acertar con una solución. La sangre que sin duda va a correr elimina mi pudor de hacer el ridículo.La propuesta que le voy a indicar me vino leyendo su editorial del día de hoy (1 de mayo) sobre Posiciones frente a la guerra de las Malvinas y se trata de lo siguiente:
En este momento ninguna de las potencias, tres si incluimos a los Estados Unidos, sabe cómo salir del atolladero en que se han metido.
La Junta Militar no puede ceder más allá de la soberanía de las islas, ya que lo ha hecho en todo lo demás, porque de hacerlo podría costar la continuidad de los militares en el poder.
La señora Thatcher vería peligrar su carrera política ante unas próximas elecciones, a la vez de que sería responsable de la última y sonada bofetada al imperio británico.
Los Estados Unidos deben decidir entre dos aliados, entre el precedente de la fuerza y ante el acercamiento Buenos Aires-Moscú.
Todo un atolladero que choca únicamente con un escollo, el de la soberanía actual de las islas Malvinas y por el que están dispuestos todos a apostar con sangre por sus respectivos argumentos.
Sangre del pueblo, sangre de los jóvenes, que a buen seguro lo único que desean es vivir en paz, trabajando por el progreso de sus respectivos países.
Pues bien, en función de salvar esa sangre, yo me pregunto y propongo si no sería plausible para todas las partes, que la soberanía volviera, de una forma interina y provisional, a quien correspondería si nos remontáramos a los límites de la historia de las Malvinas, es decir, a España.
Si no estoy equivocado, españoles fueron sus descubridores, españoles antes que argentinos sus moradores, españoles convertidos en argentinos tras su independencia a los que los barcos británicos arrebataron la soberanía en 1883.
De esta forma, España podría mediar en el conficto y quedar como nación administradora mientras, bajo los auspicios de las Naciones Unidas se negociara el traspaso de la soberanía.
Es posible que las partes en litigio aceptaran dicha mediación, sobre todo si lo hiciera su majestad el rey Juan Carlos.
Creo que, en la actualidad, el prestigio del monarca y sus constantes intervenciones a favor de la paz y de la democracia, que le han hecho acreedor a ser candidato al premio Nobel de la Paz, hacen de él la persona con más posibilidades de detener este conflicto sangriento en el mundo.
El hecho de que España no haya tomado ninguna resolución de apoyo a alguna de las partes, es por esta ocasión un factor a favor.
Para Argentina, sería la madre patria la que salvaguardaría sus intereses nacionales; para Inglaterra, sería un país democrático, prácticamente miembro de la OTAN, candidato a la CEE y con el que mantiene un contencioso similar, pero que se está resolviendo como dicen los ingleses civilizadamente.
Para los Estados Unidos un firme aliado en Europa y para la OEA una madre patria que ha desembocado de una dictadura a una democracia, que es un país a caballo entre la idiosincrasia americana y la cultura occidental./
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