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NOVENA CORRIDA DE FERIA

Casta y problemas en los novillos de Francisco Rubio

La matinal sabatina de novilleros tuvo más seriedad que la venusina de matadores. Por una razón: sacaron casta y dificultades los novillos de Francisco Rubio, mientras que los toros de Osborne, no.Ya querrían los novilleros haber tenido delante los bobalicones toros de Osborne para andar tranquilos por el ruedo y lucir sus habilidades. Sería injusto decirles ahora, a Antonio Ramón Jiménez, por ejemplo, a quien correspondió el lote más serio, que debieron cruzarse aquí, templar acá, vaciar acullá.

Sí, debieron hacerlo; los tres novilleros debieron cuajar más y mejores cosas. Pero les salieron reses de genio, que a poco de tomar los engaños desarrollaban sentido y les podían coger. A Curro Durán le cogió su primero una vez, le empitonó dos, le achuchó tres.

Plaza de Sevilla

1 de mayo (por la mañana). Noveno festejo de feria.Novillos de Francisco Rubio, bien presentados, astifinos, con casta y dificultades. Antonio Ramón Jiménez: dos pinchazos, bajonazo y descabello (algunas palmas). Media atravesada y descabello (palmas y saludos). Curro Durán: estocada corta contraria (vuelta protestada). Dos pinchazos y estocada (palmas y saludos). Valentin Luján: pinchazo y estocada atravesada que asoma (silencio). Estocada perdiendo la muleta y descabello (palmas y saludos) La novillada fue televisada en directo. Hubo buena entrada.

Y eran astifinos los novillos. El segundo de Jiménez (espada a quien llaman "el chiquillo de Bartolo", porque es hijo del que fue matador Bartolomé Jiménez Torres), tenía por pitones guadañas. Y el vástago del diestro veterano, que los vio de cerca, no se cruzaba; antes bien, se distan ciaba. Antonio Ramón Jiménez no se confió nada en la mañana

Un pegapases

La expectación se centraba en Curro Durán, de quien dicen en estas tierras va para figura. Sin embargo, pasó inadvertido. Lanceó a la verónica con el pasito atrás, no pudo domeñar el temperamento de su primero y en su otro novillo, que resultó ser el más dócil y apagado de la mañana, trasteó reiterativo, sin variedad, sin calidad, sin genialidad. Afirman que tiene arte. Lo tendrá pero ayer parecia un pegapases de tantos.

Con parecidos problemas que sus compañeros, se encontró Valentín Luján. Probón y con genio el tercer novillo, le muleteó voluntarioso pero, en realidad, sin saber por donde sacarle partido, lo cual no deja de ser lógico en quien inicia su oficio.

Serio y muy astifino el sexto, le ajuantó las embestidas, que tenían muy poco recorrido. Nos tememos la voltereta y se produjo, lo que no mermó los arrestos de Valentín, pues siguió toreando como si nada hubiera pasado. Pero no pudo ligar faena. Su actuación concluyó decorosa. Convendría verle más veces.

En el tercio de banderillas se lucieron Luis Arenas en un par emocionante y Finito de Triana en un cuarteo ejecutado con finura. Con menos calidad intervino Valentín Luján en sus novillos. Pareó mal al tercero y con eficacia al sexto. De cualquier manera, fue una pérdida de tiempo: el arte no le ha llamado por ahí. La novillada duró dos horas y cuarto al sol. Salimos morenísimos.

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