Portugal vetaría cualquier modalidad del comando militar de la Alianza Atlántica

Portugal apoya la adhesión de España a la Alianza Atlántica, pero opondrá su veto a cualquier modalidad de integración en el comando militar aliado que pueda afectar a sus propios intereses, según afirmó ayer en Bruselas el presidente de la República portuguesa, general Ramalho Eanes.

El general Eanes, que ha realizado una visita oficial de cuatro días a Bélgica, asistió ayer a una reunión del Consejo Atlántico (representantes permanentes de los quince en la OTAN) donde, una vez más, explicó la posición de su país respecto a la adhesión de España a la Alianza. En concreto, el presidente portugués sañaló que Madrid no deberá en ningún caso tener responsabilidades sobre el espacio aéreo, marítimo o terrestre de Portugal, e insistió en su criterio de que España debería depender, del mando aliado en Europa (Saceur, instalado en Bélgica), mientras que Portugal sigue dependiendo del mando aliado en el Atlántico (Saclant, instalado en Virginia, Estados Unidos).En una conferencia de Prensa, celebrada momentos antes de emprender viaje de regreso a Lisboa, Eanes afirmó que no existían objecciones a la adhesión de España a la OTAN, "bien al contrario", pero que Lisboa exigiría que se respeten los acuerdos actuales que afectan a su integración en la estructura militar aliada. El comité militar portugués, explicó, entrará en contacto con el comando aliado y se llevará a cabo una negociación. Eanes recordó que Portugal posee, como todos los países miembros, el derecho de veto frente a cualquier decisión de la OTAN que, a su juicio, perjudicase sus intereses. "No creo que sea necesario utilizarlo, pero tampoco se excluye si resultara necesario para defender el buen derecho portugués", añadió.

La rotundidad del presidente de la República -que parece tener muy claros los intereses militares de su país- fueron inmediatamente matizados por su ministro de Asuntos Exteriores, André Goncalves Pereira, quien se apresuró a aclarar que dada la estructura de la OTAN, nunca es necesario llegar a esos extremos.

Interrogado sobre las circunstancias concretas que podrían llevar a Lisboa a oponer un día su veto a una determinada integración de España en el comando aliado, Ramalho Eanes dijo que le parecía prematuro entrar en detalles de ese tipo.

Eanes no quiso pronunciarse personalmente sobre una eventual nuclearización de España y trasladó la pregunta al ministro de Asuntos Exteriores. André Gonsalves recordó que España no ha tomado aún ninguna decisión formal frente al acuerdo aliado de noviembre de 1979 por el que se autorizó la fabricación de los euromisiles y se fijó una distribución determinada de los mismos.

El presidente de la República, por su parte, insistió en el hecho de que, hasta el momento, no se habían planteado problemas, ni bilaterales ni multilaterales, en relación con la adhesión de España a la OTAN, y aseguró que tenía garantías, tanto de la Alianza como del Gobierno español, de que se respetaría el criterio portugués.

Mientras, en Lisboa, el comandante en jefe de las fuerzas de la OTAN en Europa, general Bernard Rogers, dijo que "la entrada de España en la Alianza Atlántica reforzará la organización".

En relación con la integración en la Comunidad Económica Europea (CEE), el general Eanes fue mucho más conciliador. "Nosotros creemos que es importante que España entre en la CEE, sin que ello suponga ninguna ingerencia en sus asuntos internos", afirmó, "nuestra demanda de adhesión y la de España son dos procesos diferentes, aunque paralelos. No se trata de plantear la cuestión como una competencia entre nosotros. Esperamos que España lleve a buen término su negociación lo antes posible".