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Primer aniversario del síndrome tóxico

La aparición de casos de esclerodermia preocupa a investigadores y afectados ante el escaso conocimiento de la enfermedad

La situación actual es la siguiente: La Comisión Clínica para el seguimiento del síndrome tóxico, en respuesta a una noticia de la agencia Reuter publicada en el Herald Tribune y recogida por Diario 16, remitió ayer al director del Programa Nacional de Ayuda a los afectados un documento en el que dice lo siguiente: "No es mucho lo que hasta el momento se conoce e forma irrefutable sobre la causa y los mecanismos patogénicos de la enfermedad, pero de los conocimientos que se poseen no se puede deducir que la población afectada vaya necesariamente a desarrollar una mayor formación de tumores que la población general"."La referencia" continúa, "a las alteraciones cromosómicas no es correcta". El citado documento se refiere a que la posibilidad de cáncer apuntada por el Herald Tribune se base en supuestas alteraciones cromosómicas de los afectados. Y añaden los científicos españoles que "en el líquido amniótico de mujeres embarazadas no se han encontrado alteraciones cromosómicas en mayor medida que en la población normal. Otro tanto ocurre en los estudios cromosómicos realizados hasta ahora en las células de enfermos afectados".

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"En consecuencia", se precisa, esta comisión clínica quiere dejar absolutamente claro que cualquier información en este terreno entra en la pura especualación, y asegurar que de dicha comisión no ha salido, ni habría podido nunca salir, no sólo una información, ni siquiera una referencia, al respecto. Absolutamente toda la información y las opiniones, con frecuencia crítica, que esta comisión ha elaborado obra en poder de las autoridades sanitarias y del parlamento. Afirmaciones como la del Herald Tribune deberían venir firmadas por quienes las han hecho para que de esta forma, estas personas pudieran ser responsabilizadas de sus afirmaciones ante la población afecta y la opinión pública".

Hipótesis sin confirmar

"Una de las hipótesis que actualmente se barajan es la de los radicales libres. Las patologías por radiación producen neoplasias. Pero esta hipótesis no está afirmada", han explicado a El PAIS en esta comisión. "Para que pueda tener más consistencia de la que actualmente posee, sería preciso que se observaran alteraciones cromosómicas. Los casos de alteraciones cromosómicas detectados no presentan una significación o no tienen otra incidencia que en otros tipos de enfermos o en otras circunstancias patológicas. Tampoco existe un grupo control que permita precisar esta investigación".

La posibilidad de una patología tumoral podría estar producida, por otra parte, por el hecho de que el daño sufrido por el sistema inmunológico del organismo derivase en una multiplicación celular, según estas informaciones. Las investigaciones no arrojan tampoco indicadoress afirmativos en esta dirección.

La alteración cromosómica se ha venido estudiando a través del líquido aniniótico de las embarazadas, sin embargo, existe la posibilidad de que la placenta hubiese servido de barrera y que tal líquido no sirviera de buen campo de investigación. Para comprobar este punto se realiza en la actualidad otro estudio en sangre de los afectados, que, hasta ahora, no indica mayor incidencia que en la población general. La preocupación más concreta se presenta respecto a la posibilidad de otra secuela: la esclerodermia. Los afectados ya la han planteado públicamente Gueves, Club Pueblo, mesa redonda de la Asociación de Defensa para la Sanidad Pública) y los científicos reconocen la presencia de algunos casos de fibrosis de tejidos en la piel. Estos casos no son muy preocupantes, en principio, por tratarse de casos aislados y aparecidos sólo en piel. Además, algunos de estos casos han revertido espontáneamente, desapareciendo la alteración, según informó a los afectados en la citada mesa redonda la doctora Cristina Cámara. Sobre este mismo tema, la Comisión Clínica ha dado una explicación rigurosa a El PAIS. "No hay indicios, hasta el momento, afirmar que pueda surgir una esclerosis sistémica progresiva" y matizan que los casos hallados de esclerosis en piel no pueden servir de fundamento a una afirmación en otro sentido.

La Comisión Clínica insiste en la necesdidad de emplear una gran cautela y un gran rigor en estos aspectos y la necesidad de asumir que "es poco lo que se sabe". Al respecto señala que hipótesis tan manejadas como la de los radicales libres carecen de suficiente contraste científico como para considerarlas definitivas. "Sólo en un grupo de afectados se han detectado alteraciones de encimas en el organismo, que es una de las consecuencias de la acción de los radicales libres, por lo que no hay suficiencia para demostrar que esa es la causa" se ha explicado a este periódico.

La misma falta de pruebas se encuentra con respecto a otras cuestiones. En este orden, no se puede asegurar en la actualidad que las anilidas sean la causa de la toxicidad. Una de las principales dudas sobre la incidencia de las anilidas viene suscitada, para los expertos de la citada comisión, por el hecho de que no se hayan encontrado en el suero de los afectados unos anticuerpos determinados (IGE especirificas) que obligadamente producen las anilidas. Esta realidad no sólo pone en tela de juicio el papel de las anilidas en esta enfermedad sino que hace imposible utilizar para la clasificación de afectados una propuesta sugerida por el investigador del CSIC, Angel Pestaña, para clasificar a los afectados utilizando la detección de los citados anicuerpos.

Esto mismo hubiera servido para detectar si un recién nacido de mujer afectada está también afectado o no. Se da el caso de que la Comisión Clínica ha hecho públicas sus dificultades para poder clasificar como verdaderos afectados hasta un 30% de la población supuestamente considerada como tal, ante la falta de suficientes estudios científicos. Y, por otra parte, se da el caso de que algunas afectadas han denunciado que existen ya varios niños recién nacidos que presentan claras deficiencias asimilables a las características del síndrome, y que los médicos de las unidades de seguimiento que los han visto no se deciden a considerarlos como enfermos de este tipo.

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