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La ambigüedad predominó en el simposio sobre la 'creatividad, mediterránea'

El simposio internacional de creatividad mediterránea celebrado en Sitges, organizado por el Instituto de Ciencias del Hombre con la colaboración de la Generalidad de Cataluña, acabó anteayer sin conclusiones ni debate final.El simposio, que se desarrolló en un ámbito de ambigüedad que ya su título preveía, no fue capaz de centrar el tema ni de definirse a lo largo de los tres días que duró. Se pudo ver en él una línea programática más o menos clara por parte de los organizadores, que lo centraron sobre el principio de un nuevo humanismo y la creatividad como factor esencial del mundo en que vivimos.

Alrededor de estos principios la presencia de los invitados osciló entre una enunciación de ideas generales y un cierto despiste por su presencia allí. Esa fue la sensación que dio Umberto Eco, el cual una vez realizada su ponencia, desapareció sin que nadie, ni los organizadores, supieran donde fue, o la del profesor griego X. A. Kokolis, que comenzó su intervención diciendo esto: "Préstenme, señores, toda su atención, no sólo la de sus orejas sino la de sus oídos más internos, aunque estemos todos cansados".

En la jornada anterior, Umberto Eco y el escritor español Francisco Ayala contrapusieron la realidad de la creatividad mediterránea con el concepto de creatividad norteamericana.

Ayala buscó un sentimiento de solidaridad entre las culturas de modo que ambas formas de creatividad se sientan partícipes de un planeta "que nos interesa a todos".

La creatividad, invocada en todos los campos de la vida, pero sobre todo en la Ciencia, como señaló el Ministro de Educación y Ciencia, Federico Mayor Zaragoza, no se definió. Se supuso desde el primer momento como algo perdido, necesitado de reivindicación.

El director del Instituto de Ciencias de¡ Hombre, José Arana, dijo el primer día que la creatividad mediterránea se había ido a otros lugares, identificándola unilateralmente con la fuga de cerebros.

A pesar de ciertos temas apuntados, el simposio se clausuró tan sólo con una propuesta concreta del profesor Rodríguez Delgado-, el establecimiento de un programa mediterráneo de ciencias de la conducta.

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