La falta de calidad de la ópera actual es culpa de los grandes divos, según Teresa Berganza
La soprano española actuó anoche en el teatro Real
Con obras de Haydn, Braluns, Joaquín Turina, Joaquín Nin y el brasileño Ernani Braga, la soprano Teresa Berganza volvió a Madrid capital tras siete años de ausencia. El recital tuvo lugar en el Teatro Real, a beneficio de la Asociación Cultural Padre Soler de El Escorial. La víspera la soprano descansaba en El Escorial "de la voz y del espíritu", costumbre y obligación que tiene desde que hace veinticinco años comenzó su carrera en el bell canto, de cuya falta de calidad actual ella acusa a los grandes divos.
Madrileña afincada en Luxemburgo, siempre confesó que cuanto hacía llevaba la marca de su país. "Incluso mi voz ha sufrido las influencias características del canto español", influencias que ella define como el tener "un color especial de voz que ni franceses ni nórdicos pueden tener aunque admite que sólo una rusa, Archipova, "yo diría que a veces canta mejor a Falla que algunos españoles. Parece increíble pero están muy cerca en fuerza, en ritmo y en colores a nuestro idioma".Su repertorio de música española abarca desde las Cantiga de Alfonso X el Sabio hasta autores tan escuchados como Guridi, Xavier Montsalvatge o Falla. "Por desgracia, los compositores de ahora escriben poca música vocal, de ahí que casi siempre los recitales estén basados en los de siempre. No entiendo cómo habiendo tan buena literatura no haya compositores de la altura de un Falla. Y cuando se ha llegado a esa altura no se puede descender a otros compositores".
Enseñar a escuchar ópera
Ante su opinión sobre la última actividad de Plácido Domingo como intérprete de tangos, su respuesta es tajante: "Ese es un problema del tenor; pero pienso que no vale la pena dedicarse a la llamada música ligera cuando hay un Manolo Escobar o una Rocío Jurado que se han dedicado por entero a eso. Supongo ,que Plácido creerá que así es una forma de llegar al pueblo, pero lo que hay que hacer es enseñar al pueblo a escuchar ópera, para que no se le ocurra pensar, ante una representación, que eso es un rollo o un aburrimiento".Teresa Berganza confiesa que en sus principios, de eso hace ya veinticinco años, un empresario americano le ofreció cantar en Las Vegas. "Quería que cantara composiciones de los años cincuenta, arropadas por grandes orquestas. Creo que era la de Mantovani. No acepté porque mi meta, mi camino era la música clásica con mayúsculas. Es decir, la ópera y el recital. Ahora mismo me han ofrecido grabar canciones brasileñas y suramericanas de los años cincuenta, pero creo que no aceptaré, a pesar de que me ofrecen todas las garantías para conseguir la calidad máxima".
Ensayar a conciencia
Y Teresa Berganza arremete y acusa a los llamados grandes divos de ser los responsables de la falta de calidad en la ópera. "No aceptan el número necesario de ensayos y van al circo de unas cuantas piruetas vocales. Además admiten que en los programas se incluyan uno o dos nombres importantes, y el resto mediocridad. Y la ópera es el conjunto de muchas cosas, que tienen que estar muy bien conjuntadas para que sea una obra de arte". Y la soprano explica el porqué de su escasa participación en la ópera, porque exige que todo se ensaye a conciencia. "He aceptado interpretar Carmen, de Bizet, en la Opera de París porque voy a dedicar las tres semanas anteriores a los ensayos. Sé que, de las seis representaciones, el importe económica de tres lo tendré que utilizar en los gastos previos que exige el estar tres semanas antes en París. Pero no me importa, porque vale la pena todo eso, ya que es un aporte artístico al nivel de la ópera."Teresa Berganza, que no quería cansar excesivamente su voz la víspera del recital, admite que Mozart es su debilidad y el punto más alto de su carrera. "A la perfección he llegado por él, porque yo creo que cada voz está predestinada a un repertorio, y el que quiera abarcar todo, acabará destruyéndola.
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