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Crítica:'BALLET'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Obras 'desenterradas' en el Liceo de Barcelona

El pasado mes de marzo, con la representación de Il tabarro, de Puccini, e I pagliacci, de Leoncavallo, el Gran Teatro del Liceo cerró su temporada de ópera 1981-1982. Sin embargo, por segunda vez en su dilatada y brillante historia, durante los próximos meses de mayo y junio ofrecerá un segundo ciclo operístico dedicado a las óperas La traviata y Don Carlo, de Verdi; La boheme, de Puccini, y Giulio Cesare, de Hándel. También ofrecerá dos conciertos sinfónicos la Orquesta Filarmónica de Leningrado que dirige Eugeni Mravinski.Por ahora, el Gran Teatro del Liceo está plenamente consagrado a su tradicional temporada primaveral de ballet. Para ello ha contratado este año a uno de los más prestigiosos cuerpos de baile europeos. Nos referimos al Ballet de la Opera de París. En programa figuran dos partituras muy representativas del romanticismo: La sylphide y Gisselle, y un homenaje a Igor Stravinski, en el que se representarán El pájaro de fuero, Pulcinella y La consagración de la primavera, la primera y última de estas partituras con coreografía de Maurice Bèjart.

Temporada de 'ballet'

Intérpretes: Ballet de la Opera de París. Música de Jean Madeleine Schneizhoffer. Orquesta del Gran Teatro del Liceo dirigida por Michel Queval. Gran Teatro del Liceo. Fecha: 17 de abril

El Ballet de la Opera de París, dirigido por Rosella Hightower, inició sus actuaciones el pasado día 15 con la obra La sylphide, pieza en dos actos que nada tiene que ver con las chopinianas sífides. Se trata de un ballet creado por el coreógrafo italiano Filippo Taglioni para su hija, la célebre María Taglioni, y musicada por el compositor francés Jean Madeleine Schneizhoffer (1785-1852). Obra muy en boga en su tiempo, pero que fue olvidada hasta que el bailarín Pierre Lacotte la desenterró en 1972, adaptando la coreografía original, que es la que se ha presentado en el Liceo. Es uno de los primeros ballets románticos y en él se inauguró el empleo de las puntas y del tutú que tanto popularizaría posteriormente el Ballet Blanc francés. La música de Schneizhoffer, sin ser muy original, es bella y está bien escrita. Tal vez en su primera parte resulta algo reiterativa. En la segunda, sin embargo, la coreografía alcanza una mayor inspiración y plasticidad, exigiendo de los bailarines una técnica casi virtuosística. Pudimos admirar al Ballet de la Opera de París, que consiguió una excelente interpretación justificando su bien merecida fama. Actuaron con precisión, armonía y sensibilidad. Elisabeth Plantel consiguió entusiasmar al público. No menos afortunada fue la actuación de Jean Pierre Franchetti y Francesca Sumbo. Ambos bailarines demostraron una magnífica preparación y alto sentido artístico. La orquesta del Liceo estuvo muy correcta.

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