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El proceso por la rebelión militar del 23 de febrero

El abogado de Tejero pide que se inicien acciones contra el general Aramburu por posible testimonio falso

La vista del juicio por el intento golpista del 23 de febrero de 1981 se reanudó a las diez, de la mañana de ayer, después de permanecer interrumpida desde el pasado miércoles por las festividades de Semana Santa. El general Fernando Ortiz Call, jefe de la Brigada Acorazada número XII cuando se produjeron los hechos juzgados, declaró que el general José Juste, jefe de la División Acorazada, dijo en el cuartel general de la misma que se le leyera a Ortiz lo que tenía que hacer y que en su presencia se le dio orden de ocupar cinco emisoras. En la segunda parte de esta sesión, el defensor del teniente coronel Antonio Tejero pidió que se deduzca testimonio de las declaraciones del general Aramburu Topete, director de la Guardia Civil, por posible testimonio en falso.

La sesión comenzó por el interrogatorio del general Fernando Rodríguez Ventosa, jefe de la División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército, por el defensor del general Armada, Ramón Hermosilla, que le: había propuesto como testigo. Ventosa advirtió que tiene amistad con el procesado coronel San ".4artín, ya que pertenecen a la misma promoción, pero que esta circunstancia no le impediría decir la verdad. El testigo afirmó, a preguntas del letrado, que estuvo con Armada desde las 20.30 hasta las 23 horas del 23-F, y que le consta que el procesado cumplió las órdenes que se le dieron.Según el relato (del general Ventosa, Armada habló por teléfono con la JUJEM, y explicó la propuesta de formar un Gobierno presidido por él al entonces presidente del organismo, general Alfaro. Lo mismo hizo a la Zarzuela, también por teléfono. Asimismo declaró Ventosa que fue Armada quien dio la orden de que se retirasen las fuerzas que ocupaban Televisión y afirmó que el procesado no hizo nada que pudiera interpretarse como sostén de la rebelión, y que fue autorizado para ofrecer un avión a los asaltantes.

Interrogó después el defensor del teniente coronel Tejero, Angel López Montero, a cuyas preguntas dijo el general Ventosa que estaba presente cuando Armada hablaba con la Zarzuela, y que, por el tono con que lo hacía, su interlocutor era el general Sabino Fernández Campo. Armada no hizo comentarios sobre esta conversación.

-López Montero: ¿No dijo que iba a hacer una propuesta arriesgada pero siempre constitucional?

-Ventosa: No recuerdo que hiciera esa manifestación el general Armada.

Misteriosa composición de un supuesto Gobierno

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-López Montero: ¿Sabía que Armada propuso i Tejero un Gobierno de socialistas y comunistas?

-Ventosa: La composición del Gobierno yo no la supe nunca.

Preguntado sobre las llamadas que se produjeron el 23-F a la JUJEM, el testigo dijo que llamaron, entre otros, el general Fortea, gobernador militar de Cartagena, "y varias personas más que se nos ofrecieron", y añadió que Armada dijo que Milans le había indicado que él (Armada) era el hombre indicado para resolver la situación.

-López Montero: ¿Armada ordenó al Regimiento Villaviciosa 14 que se retirara de Televisión?

-Ventosa: Yo oí la orden, y creo que era al Regimiento Villaviciosa, pero no puedo saber si se la dieron a su coronel o no.

-López Montero: Es que el coronel Remón, hoy general, afirma que le dio esa orden el capitán general de Madrid. ¿El teniente general Alfaro le dijo a Gabeiras que la actuación de Armada no estaba clara? ¿Lo oyó usted?

-Ventosa: No, porque eso, de ser así, se produjo en la JUJEM, y yo no estaba allí.

A preguntas de Salvador Escandell, defensor de Milans, Ventosa confirmó que fue el entonces capitán general de Valencia quien llamó a Armada, y que éste no tenía entusiasmo en hacer la propuesta al Congreso, sino que "únicamente creo que quería resolver la situación". Interrogado por Adolfo de Miguel, defensor de Camilo Menéndez, Pardo Zancada y García Carrés, dijo que en el Cuartel General del Ejército "todo el mundo sabía que Armada iba al Congreso de los Diputados".

Después de preguntar otros defensores, interrogó el fiscal, a cuyas preguntas dijo Ventosa que el general Armada salió del despacho y subió a la segunda planta del Cuartel General del Ejército, coincidiendo con él, que llegaba al edificio, pero volvieron a bajar juntos y ya no salió, aunque tampoco estuvo incomunicado, puesto que recibió llamadas.

-Fiscal: Usted dijo que Armada había afirmado que lo que decían de Valencia era una barbaridad o un desatino.

-Ventosa: Bueno, ese era el sentido general. Esto no eran palabras textuales. Al principio había una fuerte oposición del general Armada.

El testigo declaró después que tanto la Zarzuela como la JUJEM no aceptaron la propuesta de un Gobierno presidido por Armada, al igual que Gabeiras, y finalizó afirmando que ni el general procesado explicó por qué Tejero se mostraba irreductible ni tampoco se lo preguntaron.

Ocupar cinco emisoras

A continuación fue llamado a declarar el general Ortiz Call, jefe de la Brigada Acorazada número 12 (integrada en la DAC), y actualmente destinado en la Il Región Militar (Sevilla), quien declaró tener amistad con algunos de los procesados, y especialmente con el general Torres Rojas, lo que no le impediría decir la verdad. A preguntas del letrado Gerardo Quintana, defensor de Torres Rojas, que le había propuesto como testigo, Ortiz Call dijo que Juste indicó a uno de sus subordinados: "Leedle a Ortiz lo que tiene que hacer". Le dieron las órdenes también por escrito, y "se trataba de la toma de cinco emisoras de radio y también de tomar posiciones con su unidad en el parque del Oeste".

-Quintana: ¿Le dijo Juste cuándo tenía que cumplir la orden?

-Ortiz: Yo se lo pregunté, y me dijo: "Ahora mismo".

-Quintana: ¿Tomó Torres Rojas alguna decisión?

-Ortiz: No. Sólo me saludó.

El testigo añadió, a preguntas del letrado López Montero, que Juste no puso reparo a las órdenes que se habían dado, sino que permaneció callado, ni lo hizo ningún otro jefe. También dijo que estima que todos estaban convencidos de que la operación estaba mandada por el Rey -al menos él sí lo estaba-, y precisó que las órdenes fueron dadas antes de la ocupación del Congreso y que se apartaban bastante de la operación Diana.

A preguntas del teniente coronel De Meer, defensor del capitán Dusmet, Ortiz declaró que no salió a ocupar los objetivos marcados porque llegó una orden del capitán general para que no saliera nadie de los acuartelamientos. El defensor de Milans preguntó si se dijo en algún momento que Is órdenes emanaban de la III Región Militar, a lo que el testigo contestó negativamente.

Finalmente le preguntó el fiscal. El general Ortiz dijo entonces que encontró a Torres Rojas en la DAC, de uniforme, pero negó que el procesado se ofreciera por si le necesitaban. Añadió que el general Juste no daba las órdenes, sino que estaba callado, en situación pasiva, y asentía a las que daba el Estado Mayor, y dijo después que las órdenes que recibió no tenían nada que ver con la operación Erizo.

A las 11,50 horas, finalizado este interrogatorio, el presidente levantó la sesión por veinte minutos.

Reanudada la sesión, declaró el general Antonio Centeno Pérez, coronel del Regimiento Uad-Ras durante el 23-F, quien asistió a la reunión en la División Acorazada, en la que recibió la orden de ocupar el Canal de Isabel II (sistema de abastecimiento de agua potable a Madrid) y otros lugares de Madrid. Este testigo ratificó las declaraciones del anterior en el sentido de que el general Juste permaneció pensativo y asintiendo, "aunque no era su propia iniciativa".

También afirmó que la palabra lunes como clave para dar la orden de salida de los cuarteles fue sugerencia propia, y que a él se la dieron a las 18.30 horas. En la misma línea indicó que la división estuvo siempre mandada por su general, y que en la tarde del 23-F no observó en Torres Rojas ninguna actitud coaccionante o sugerente hacia Juste. Las misiones, según este testigo, fueron preparadas por el comandante Pardo.

Interrogatorio del general Manuel Prieto

A las 12.55 horas comenzó el interrogatorio del general de la Guardia Civil Manuel Prieto, que se encuentra en situación especial. Este testigo compareció vistiendo uniforme de la Benemérita y dijo tener amistad con bastantes de los procesados, y sentir admiración por todos ellos. A preguntas del defensor de Tejero, López Montero, que le había citado como testigo, Prieto dijo que encontró en la puerta de la dirección general de la Guardia Civil a Aramburu, quien le dijo que iba a enterarse de qué pasaba, y a cuya comitiva se unió. Ambos entraron juntos en el Congreso.

El general Prieto añadió que él permaneció en el Congreso cuando marchó Aramburu, y que habló siete u ocho veces con Tejero, quien le dijo que cumplía órdenes del Rey, lo que él comunicó a su vez a varias emisoras y el propio Aramburu. Agregó el testigo que los guardias esperaban una autoridad militar.

-López Montero: ¿Observó serenidad y disciplina en los guardias?

-Prieto: Con gran extrañeza por mi parte, sí. Observé gran serenidad en los guardias y en Tejero. Respecto a la disciplina, bueno, salvo no obedecer a su director general, sí, porque obedecieron a quien mandaba en aquellos momentos, que era Tejero.

-López Montero: ¿Le dijo Tejero que la autoridad esperada era Armada?

-Prieto: No, eso no me lo dijo.

-López Montero: ¿Cómo se enteró usted de que Armada era la autoridad militar esperada?

-Prieto: Yo intenté saber quién era el jefe de Tejero, y éste me dijo que su único interlocutor válido era Armada. Yo salí y se lo dije: a Aramburu, quien intentó localizar a Armada.

-López Montero: ¿Oyó usted vivas a España, al Rey y a la Guardia Civil?

-Prieto: Sí. Cuando llegó el bando de Milans. Cuando llegó Armada, dijeron que ya habían ganado.

-López Montero: ¿Tuvo usted la impresión de que los asaltantes al Congreso se rebelaban?

-Prieto: No, porque dijeron que actuaban a las órdenes del Rey.

El encuentro entre Tejero y Aramburu en el Congreso

Prieto relató después el encuentro de Tejero y Aramburu, afirmando que el teniente coronel lIevaba la pistola en la mano cuan(lo recibió al director general, y que no se dio cuenta de si estaba encasquillada la pistola.

-López Montero: ¿Apuntó Tejero a alguien con la pistola?

-Prieto: No, que yo lo viera.

-López Montero: ¿Apuntó al general Aramburu?

-Prieto: Yo no lo vi.

-López Montero: ¿A qué distancia estaba usted de Aramburu y Tejero?

-Prieto: A unos dos metros.

-López Montero: ¿Le dijo Tejero a Aramburu: "Primero le doy un tiro y luego me suicido"?

-Prieto: Yo no lo oí, pero me extraña que lo dijera, porque a mí no se me habría escapado.

Supuesto documento que rectifica declaraciones

-López Montero: Aramburu dice que tiene un documento de usted, en el que rectifica las declaraciones sumariales. ¿Es eso cierto?

-Prieto: Cuando oí esa afirmación de Aramburu, me he dedicado a buscar la copia del escrito al que se puede referir.

-López Montero: Perdone, in¡ general, pero lo que yo le pregunto

El abogado de Tejero pide que se sigan acciones contra el general Aramburu

es si usted rectificó sus declaraciones sumariales.-Prieto: Yo entregué ese escrito el 4 de marzo de 1981, cuando me lo pidió Aramburu con urgencia, para llevárselo al ministro y en él debía relatar cuanto yo recordaba de aquel día. Después no he vuelto a entregar documento alguno a Aramburu, y la declaración sumarial que yo presté fue el 31 de marzo, por lo que mal pude rectificarlo con un escrito del 4 de marzo.

Posible delito

En este momento, el letrado pidió que el fiscal deduzca testimonio, por si la declaración de Aramburu, respecto de la rectificación de las declaraciones sumariales de Prieto, pudiera ser constitutiva de delito. A la petición se adhirieron los letrados Segura Ferns, Muñoz Perea, Liñán Lechuga, Ortiz Ortiz, De Miguel, Salva Paradela, Quintana y Gómez García.

El presidente indicó al abogado López Montero que debería presentar por escrito la imputación que acababa de hacer. El fiscal, de su lado, dijo que a la vista del acta final adoptaría las medidas pertinentes. López Montero pidió entonces que se uniera al acta el escrito del general Prieto, a lo que el fiscal se opuso, por considerar inadecuado el momento para la presentación de pruebas. El presidente denegó la petición de López Montero sobre el escrito.

Prosiguiendo su testimonio, el general Prieto declaró que no oyó que Aramburu dijera a un guardia ,los van a matar a todos", ni tampoco supo si alguien apuntó con una metralleta al entonces coronel Alcalá Galiano. Asimismo, dijo que cuando indicó a Aramburu que Armada era el jefe de Tejero, el director de la Guardia Civil se puso en contacto con Armada para que se presentase allí.

Después de López Montero preguntaron otros abogados, entre ellos el defensor de Armada, Hermosilla, quien hizo notar al testigo que todas las personas próximas a la entrada de Aramburu y Prieto en el Congreso sacan conclusiones distintas a las suyas, y en ningún momento mencionan al general Armada. Hermosilla recordó también que el propio ayudante del testigo, el comandante Báguenas, declaró que Prieto aconsejó a Aramburu que no dejara entrar a Armada en el Congreso, porque no iba a conseguir nada, ya que Tejero sólo obedecía a Milans. Prieto respondió que eso fue "sólo al final, cuando Tejero sólo obedecía a Milans".

Pasadas las dos de la tarde se suspendió la vista hasta las cuatro.

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