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Estreno de 'Loulou', una película de Maurice Pialat sobre la representación de la sexualidad

La película Loulou, realizada en 1979 por el director francés Maurice Pialat, que se estrena hoy en Madrid, supone, en opinión de los críticos, la continuación de su otro filme No envejeceremos juntos (1972). Estas dos películas comparten el denominador común de toda la obra de Pialat, es decir, una estructura emotiva muy fuerte.En Loulou lo emotivo descansa básicamente sobre la representación de la sexualidad. "En esta película", ha dicho Maurice Pialat, "mostrar la sexualidad es la norma. No era consciente de que abordaba la representación de la sexualidad pero lo curioso es que tenía la sensación de hacer un cine que tenía un cierto bloqueo. No creo que sea yo un cineasta sensual, y lo lamento, pero sí espero expresar una cierta salud, una salud que no cae nunca en lo sórdido. En Loulou no había escrito escenas de cama y, sin embargo, las he rodado".

Maurice Pialat ha contratado, entre otros, para hacer esta película, montada sobre un guión de Arlette Langmanii, a Isabelle Huppert, Gerard Depardieu, Guy Marchand, Humbert Balsam y Patrick Playez, fallecido al finalizar el rodaje, y a quien está dedicada la película. Alrededor del personaje de Loulou gira toda la humanidad marginal y patética, por la que Pialat ha expresado sus sentimientos de mayor simpatía.

Para el director de Loulou "es en gran medida cierto que el amor sea algo físico. Los sentimientos están ligados a la vitalidad, a la fuerza física". Quizá por este convencimiento Pialat ha hecho del sexo "una obsesión lacerante". Como en No envejeceremos juntos, el amor depende de los celos, es decir, de un círculo infernal de dolor y violencia, del cual no puede salir nada sino la certeza de la degradación. Para los protagonistas se confunden tanto el amor como la degradación del amor.

Pialat, nacido en 1925, de una familia burguesa, en Puy de Dome, se sintió atraído desde muy joven por la pintura y estudió hasta los veintiún años bellas artes y artes decorativas. No puede vivir de la pintura y hace otros trabajos. Intenta también ser actor antes de ser ayudante de Michel Vitold. También interpretó un papel en una película de Claude Chabrol. En 1958 se compró una cámara y comenzó a hacer cortometrajes.

"Estoy del lado de los que cogen el metro", ha explicado Pialat. "Me siento más cerca de ellos porque con ellos el contacto es más fácil. No hay barreras culturales ni de otro tipo". Maurice Pialat muestra los problemas de la gente de extracción social muy baja y, según algunos, el único que les dota de sentimientos complejos y de una gran sofisticación psicológica. Alrededor del protagonista de Loulou gira una humanidad marginal y patética, una auténtica comunidad de chicas perdidas, residentes ilegales neurasténicos, niños pálidos de la asistencia pública, quinquis paranoicos y depresivos, matronas cansadas e impotentes. Toda una humanidad azorada, desequilibrada y carente de porvenir.

La historia de Loulou comienza con una escena de celos sexuales que contiene ya los objetos de la película: el dolor y la violencia sin tapujos que serán expresados por medio de la bajeza y la vulgaridad de los protagonistas. La película es un desarrollo de las experiencias del dolor solitario sin esperanza. Quizás por esto algún crítico ha calificado a Pialat "esteta incomparable del dolor moral".

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