Tres importantes dirigentes del Caribe no asisten a la "cumbre" de de Barbados con Reagan
Tres de los principales dirigentes del Caribe (representantes de Trinidad y Tobago, Santa Lucía y Granada) están ausentes de la pequeña cumbre convocada en Barbados por el presidente norteamericano, Ronald Reagan, que efectúa por la zona un viaje de "vacaciones políticas", informa France Presse desde Bridgetown.Los jefes de gobierno de Trinidad y Tobago, Georges Chamber; de Santa Lucía, Michael Pilgirim, y de Granada, Maurice Bishop, no participan en la reunión, se informó el miércoles en Barbados.
Santa Lucía justificó su ausencia por encontrarse el país en plena campaña electoral. Granada rechazó la invitación de Barbados por las tensas relaciones entre esa isla y Estados Unidos, debido a los estrechos lazos entre Cuba y Granada. Trinidad y Tobago no dio ninguna explicación sobre su ausencia.
La cumbre de Barbados estará dedicada al estudio de los problemas económicos de esta región, que se tratan de paliar a través de un plan de ayuda económica confeccionado por Estados Unidos y en el que participan también México, Colombia, Venezuela y Canadá.
Se confirmó la presencia de los primeros ministros de Antigua, Tom Adams; de Dominica, Eugenia Charles; de Saint Kitts, Kennedy Simmonds; y de San Vicente y las Granadinas, Milton Cato.
El presidente Reagan mantuvo ayer una entrevista con el primer ministro jamaicano, Edward Seaga, en Kingston, adonde llegó el primer mandatario de EE UU en visita oficial. Ambos estadistas subrayaron la necesidad de efectuar "un esfuerzo coordinado y comprensivo" para resolver los problemas económicos de los países caribeños, informa Efe desde la capital jamaicana.
Reagan y Seaga coincidieron en sus puntos de vista económicos y políticos sobre esta región americana. El presidente de Estados Unidos dedicó un duro ataque a Cuba, a la que acusó de intentar minar la democracia en el hemisferio americano.
El presidente ha solicitado al Congreso estadounidense 350 millones de dólares para el presente año fiscal en fondos de ayuda a los países caribeños, que serán favorecidos además con facilidades comerciales para los productos de esta región. A excepción de los textiles, la industria indumentaria y limitación de la importación de azúcar, el resto quedarán exentos de pagar aranceles en el mercado norteamericano.
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