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Débil aumento de la demanda de crédito en enero y febrero

La presunta caída de la demanda de crédito en febrero, una de las razones esgrimidas el pasado viernes por el Gobierno para aprobar el plan adicional de inversiones públicas por 50.000 millones de pesetas, no es compartida por medios bancarios. Según diversas fuentes, en el primer bimestre, la demanda y el crédito han crecido, aunque muy ligeramente, a pesar de que juegan en contra los ajustes habituales al empezar cada año.Ni los medios consultados ni la oposición entraron ayer a pronunciarse sobre el eventual carácter electoralista de esta y otras medidas del último Consejo de Ministros. En general, son compartidas las razones de que sin una acción como la comentada pueda conseguirse la pretensión de situar el crecimiento económico de este año en el 3% o frenar decididamente el descenso del empleo.

Sin embargo, se da por sentado que el panorama no ha sido alterado sustancialmente desde que se aprobaron los Presupuestos del Estado para 1982. Y a las instituciones financieras les preocupa, al menos oficialmente, que el déficit presupuestado aumente ahora en otros 50.000 millones de pesetas vía crédito extraordinario. Si no hay contención de gastos, es ya un tópico que deberá reducirse el crédito al sector privado. Claro que la financiación del déficit y los instrumentos de regulación monetaria son más seguros y rentables para los bancos con exceso de liquidez, que recibieron el año pasado por tal inversión remuneraciones del 16%, lo que deparó al conjunto del sector una cuarta parte de sus beneficios en 1981, según una reciente información del Financial Times.

En contraste con la afirmación oficial sobre la caída de la demanda de crédito en febrero con respecto a enero, la última encuesta cualitativa mensual del Banco de Bilbao entre directores de instituciones financieras ha concluido que en febrero se mantuvo la misma pauta del mes anterior. Es decir, que la demanda aumentó moderadamente y el sistema no practicó racionamientos, pues han disminuido las solicitudes denegadas. No obstante, se mantiene la afirmación de que las expectativas no dejan entrever una sólida reactivación.

De otro lado, los datos del Consejo Superior Bancario (CSB) indican que las inversiones de la banca privada en los dos primeros meses crecieron un 0,52%, pasando de 9,74 billones de pesetas a 9,79 billones. Por el contrario, los recursos crecieron el 0,27%, desde 10,54 a 10,57 billones de pesetas.

Hay que tener en cuenta que estas cifras absorben los habituales ajustes de principios de año. En diciembre suele ser habitual el efecto escaparate, consistente en hinchar las cifras de depósitos para que hagan crecer el balance anual; la práctica más extendida consiste en otorgar mucho descuento de letras a cambio de que el cliente deposite todo o parte del crédito en una cuenta acreedora durante un mes o más. Algunos bancos consiguieron en diciembre la tercera parte de su aumento anual de depósitos.

Quizá por los consiguientes ajustes, los datos del CSB señalan que en enero y febrero las carteras de efectos descendieron el 3,69% (hasta 3,56 billones de pesetas), mientras las de créditos aumentaron el 3,31 (hasta 4,73 billones) y las de títulos el 2,45% (hasta 1,48 billones).

La evolución de los recursos ajenos en enero-febrero ha sido muy desigual, como puede apreciarse en el cuadro adjunto. Han sido precisamente los mayores bancos quienes se han apuntado mayores desviaciones entre su cuota de mercado a finales de año y la cuota de los dos primeros meses del presente ejercicio. Los bancos industriales siguen su trayectoria negativa. Los regionales han ganado claras posiciones.

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