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Calvo Sotelo rechaza las alusiones al Rey en el juicio del 23-F

El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, expresó ayer en Roma su profunda indignación por el uso abusivo que se está haciendo del nombre del Rey por parte de algunos de los implicados en eljuicio por el 23-F. Calvo Sotelo denunció también la arrogancia de algunas declaraciones políticas en el seno de la vista y dijo que espera que el polémico juicio sea, dentro de poco, un tema para los historiadores.

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Al término de su programa oficial en la capital italiana, el presidente del Gobierno dijo a un grupo de periodistas españoles que, efectivamente, el tema del 23-F había sido abordado en sus conversaciones con los dirigentes italianos, por parte de los cuales no ha encontrado preocupación especial alguna respecto al proceso judicial a que están sometidos los implicados en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Y matizando que se trata de un tema judicial "situado en sus justos términos, en manos de los jueces", Calvo Sotelo dijo textualmente: "Creo que como presidente del Gobierno no procede probablemente que haga ninguna declaración formal respecto de algo que se halla bajo la jurisdicción militar.."Pero como diputado estuvo en el Congreso el 23 de febrero", agregó, "sí creo que puedo y debo decir la indignación que me produce la arrogancia de algunas declaraciones políticas en el seno de la causa. Y como hombre fiel al Rey, sí digo que me hiere profundamente la alusión abusiva que se hace al nombre de Su Majestad".

Calvo Sotelo cerró sus referencias al 23-F diciendo que, por la información que poseía, las cartas del periodista Miguel Angel Aguilar y del letrado Gerardo Quintana, cuyas palabras motivaron la reacción del periodista, "han contribuido a situar eI problema en un ambiente de menor crispación".

El tema del 23-F tenía que estar presente en las reuniones mantenidas por el presidente del Gobierno español, tanto con el presidente de la República italiana, Sandro Pertini, como con el jefe de Gobierno Giovanni Spadolini, con quienes se entrevistó ayer Calvo Sotelo. Como ejemplo que avale esta presunción, valga decir que los me dios de comunicación italianos dedicaban ayer mucho más espacio al juicio del 23-F, con el comienzo de las declaraciones del secuestrador del Congreso de los Diputados, que a la visita oficial que hace a Roma el presidente del Gobierno español.

Simpatía hacia la democracia española

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En la cobertura informativa de la prensa italiana sobre el proceso del 23-F se observa la incredulidad que producen las folklóricas y amarillentas declaraciones de algunos procesados y la solidaria simpatía para el fortalecimiento de la frágil democracia española. Expresiones similares de preocupación y simpatía le han hecho llegar a Calvo Sotelo, tanto el anciano presidente Pertini como su jefe de Gobierno, Spadolini.

La visita oficial a Roma de Calvo Sotelo, de apenas veinticuatro horas de duración, se ha desarrollado en el clima de cordialidad y distensión previsto, dada la ausencia de contenciosos entre los dos países. Como balance de la visita, puede decirse que en los próximos meses se producirá un relanzamiento de las relaciones hispanoitalianas. De aquí al mes de junio, cuando viaje a Madrid el jefe del Gobierno italiano, está previsto que se intensifique la cooperación entre los dos países.

Las sesiones de trabajo entre Spadolini y Calvo Sotelo se desarrollaron ayer en el despacho del presidente del Gobierno italiano en el Congreso, por celebrarse una votación conjunta del Congreso y del Senado italianos a la que tenían que acudir a votar el presidente del Gobierno y su ministro de Exteriores. Calvo Sotelo y Spadolini conversaron a solas por espacio de una hora y luego se incorporaron a un salón contiguo, don. de estaban reunidas las delegaciones de los dos países, presididas por sus respectivos ministros de Exteriores, Emilio Colombo y José Pedro Pérez Llorca. En un momento de esta reunión, Spadolini abandonó en solitario la sala y acudió al hemiciclo, donde se procedía a votar un suplicatorio contra dos ex primeros ministros, Julio Andreotti y Mariano Rumor, y contra el ex ministro de Defensa Mario Tanassi.

Posteriormente, los dos jefes de Gobierno volvieron a reunirse en un almuerzo que ofreció Calvo Sotelo en la residencia de la Embajada española, en el Montorio, y a la que asistieron Spadolini, los ministros italianos de Exteriores y de Interior, Emilio Colombo y Virginio Rognoni, y el vicepresidente de la Comisión Europea, encargado de las negociaciones con España, Lorenzo Natali, entre otros.

Calvo Sotelo había acudido a primera hora de la mañana al Quirinal para una visita de cortesía al presidente de la República Sandro Pertini, a quien entregó un mensaje personal del rey Juan Carlos. También visitó al presidente del Senado, Amitore Fanfani.

De otro lado, justificaban la visita oficial a Roma los marcos de referencia de la OTAN y del Mercado Común, donde Italia desea y espera que la incorporación española se produzca "cuanto antes y en las mejores condiciones posibles". Las autoridades italianas han ratificado insistentemente a Calvo Sotelo el claro y decidido apoyo de Roma a favor de España en sus negociaciones con el Mercado Común, y han prometido su influencia para que el proceso de adhesión no sufra más retrasos de los habidos hasta ahora. En este sentido se valora la cada día mayor influencia italiana en el seno de la CEE, coincidiendo con la ausencia del poderoso eje Giscard Schimdt de hace unos meses, que concentraba el peso político en los asuntos comunitarios.

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