Ecología y astrofísica, temas galardonados con el Premio Holanda para Jóvenes Científicos

Un trabajo de biología aplicada, titulado Estructura de una comunidad biológica, Guadarrama, y otro de astrofísica, bajo el título Determinación de la morfología de las galaxias mediante datos fotométricos; obtuvieron los dos primeros premios, dotados cada uno con 250.000 pesetas, en la decimocuarta edición, fase española, del Premio Holanda para jóvenes científicos.

El acto de entrega estuvo presidido por el ministro de Educación y Ciencia, Federico Mayor Zaragoza, quien señaló la importancia de este galardón, copatrocinado por la empresa Philips y la cadena SER, que "promueve la imaginación, que tanta falta hace en el dominio de la investigación, en el de la ciencia, la comunicación e incluso el poder".Félix Sancho Guinda, de Madrid, veinte años de edad, fue uno de los ganadores por su estudio de biología aplicada, centrado en el biotopo de la sierra de Guadarrama. Cinco años de trabajo, de los que se declaró muy satisfecho, aun cuando no hubiera obtenido el premio, que le da derecho automáticamente a competir con los ganadores de otros, países en la final europea del concurso, a celebrar el próximo mes de junio en Holanda.

El otro ganador, Arturo Serna Ballester, de diecinueve años y residente en Murcia, aunque actualmente curse estudios universitarios de Físicas en Granada, es un reincidente del Premio Holanda, ya que obtuvo uno de los segundos hace dos años. El dinero de aquel premio, bien administrado, le sirvió para procurarse los instrumentos que tanto han admirado al jurado en esta edición, y con los que se ha dedicado a escudriñar las galaxias, obteniendo datos fotométricos relacionados con su brillo. A partir de estos datos ha obtenido expresiones matemáticas que permiten deducir su forma o morfología.

"Un espejo reflector para un telescopio se puede fabricar con discos de vidrio y abrasivos, y viene a costar unas 5.000 pesetas", afirma Arturo Serna, que no sabe explicar muy bien en qué se basa su método de investigación, que ha dado lugar a este estudio de cien páginas, realizado a lo largo de tres años y en el que ha deducido la forma de 344 galaxias.

Los ganadores de la decimocuarta edición del Premio Holanda, de más edad que los de la mayoría de anteriores ediciones, tienen detrás de sí muchos años de dedicación y una vocación bien definida. "Si no pudiese dedicarme a la biología, me pegaría un tiro", aseguró Félix Sancho. Arturo Serna no llegó tan lejos, pero reconoció que desde muy pequeño ha querido dedicarse a la astrofísica.

En el jurado, presidido por el director general de Política Científica, Antonio Roig, y formado por autoridades académicas y científicos de distintas especialidades, estaba presente Alberto Muntaner, el ganador del premio el año pasado, por su estudio sobre el poema del Mío Cid. Alberto Muntaner obtuvo para España también la edición internacional de este galardón.

Sólo un tema de humanidades

El resto de los trabajos que quedaron finalistas son una muestra, como señaló el director general de Política Científica, de las aficiones investigadoras de los jóvenes. Sólo uno de ellos, que obtuvo uno de los dos segundos premios, dotados con 50.000 pesetas, pertenecía al campo de las humanidades. Se trata de un estudio histórico-sociológico de gran actualidad, titulado Polonia o la gran contradicción.