La confección de un mapa eólico, base para la introducción de esta energía
«En estos momentos», afirma Celso Penche, «el Ministerio está a la espera de poder contar con un mapa eólico detallado que nos diga qué zonas del país son las más favorables para este tipo de energía. Este mapa está siendo elaborado por el Instituto Meteorológico Nacional y esperamos que estará terminado para finales de este año. En base a los datos que aporte, el Ministerio podrá actuar».Las zonas que, en principio, se presentan más favorables para la energía eólica son el Estrecho de Gibraltar, Galicia y Canarias. En Canarias ya hay estudios para establecer parques de generadores de hasta diez megavatios (MW) y existe un creciente Interés por este tipo de energía, habida cuenta de los problemas de abastecimiento energético que sufren las islas y el hecho de que en el futuro las centrales eólicas pueden llegar a constituir una importante fuente de energía. Prueba del interés suscitado es la celebración en este mismo mes de una «Semana de Energía Eólica», patrocinada por la Junta de Canarias.
«El segundo paso en la puesta en marcha de esta energía», continúa Celso Penche, «consiste en desarrollar aerogeneradores en nuestro país y estimular la industria nacional. El Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) ya ha establecido contratos para el desarrollo de aerogeneradores de la gama mediana (entre ocho y veinticinco kilovatios) e incluso para la construcción de palas de los grandes generadores de más de un MW. También existen negociaciones con Alemania Federal para construir grandes generadores.
Tecnología poco sofisticada
Estos grandes generadores son, precisamente, los que interesan a las compañías eléctricas para ser conectados a la red general, y pueden suponer una contribución energética importante. De todas formas, no sería conveniente que el porcentaje aportado por las centrales eólicas supere el 10% de la potencia total de la red eléctrica, ya que al ser una energía variable (que es precisamente el inconveniente mayor de esta energía), se podría perjudicar la estabilidad de la red. No obstante, estas limitaciones, la energía eólica presenta menos problemas que otras energías renovables, dado que su tecnología no es muy complicada.
«Hay ciertas dificultades, sin embargo», dice Celso Penche, «en el diseño de las palas de los grandes acrogeneradores. En estos momentos se prueban varios modelos distintos, de una, dos o tres palas, e incluso con diseños diferentes y se va viendo qué tipos resultan más apropiados. Se trata de mejorar los materiales para que la duración del aerogenerador sea mayor, con lo que se aumentaría su rentabilidad. Nosotros esperamos que el coste de estas centrales sea de 125.000 pesetas por kilovatio instalado, que es el doble de lo que cuesta en una central de carbón, pero que tendrá la ventaja de que una vez instalado no gasta combustible, pudiéndose, en poco tiempo, amortizar la inversión primitiva».
Los países más adelantados en estas investigaciones son, como era de esperar, aquellos que tienen unas condiciones eólicas más favorables. «El programa más serio», sigue Celso Penche, «se lleva a cabo en Dinamarca, que es un país sin montañas, muy adecuado, por tanto, para este tipo de energías. También Alemania Federal cuenta con unas condiciones muy favorables y un programa de investigación ambicioso, puesto que pretende conseguir, a partir de centrales eólicas, el 17% de la energía eléctrica para el año 2050. España, que es el país de Europa más favorecido para la energía solar, no tiene esas ventajas, por lo que respecta a la energía eólica, debido, sobre todo, al carácter montañoso de nuestra geografía. Debido a esto, sólo zonas muy concretas, como las mencionadas anteriormente y la depresión del Ebro y la zona norte de Cataluña, pueden resultar rentables para la instalación de centrales eólicas. En Estados Unidos se lleva a cabo el que será quizá el programa más extenso de investigación eólica, potenciado tanto por la Administración como por empresas eléctricas». En este sentido, la publicación Energía Eólica y Aeroturbinas, señala que es posible, como resultado de este programa, la comercialización de los modelos de aerogeneradores más adecuados para el aprovechamiento económico de esta energía.
Además de estos grandes generadores, los cuales pueden tener una gran repercusión en la producción de energía a nivel nacional, existen otros aerogeneradores de pequeña potencia, indicados para usuarios en lugares aislados (caso de Galicia) y que no tengan acceso a la red eléctrica general. La contribución de unos y otros generadores puede llegar a constituir para Celso Penche «de un 15 a un 20% de la energía eléctrica que se consume. Pero debemos tener en cuenta, que esto es un potencial teórico en unas condiciones ideales. De todos modos, podemos decír, aun sin tener el mapa eólico, que la participación de esta energía en la década de los noventa será interesante».
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