La Conferencia de Madrid, centro de acusaciones entre Washington y Moscú
Una nueva cascada de acusaciones mutuas entre Estados Unidos y la Unión Soviética se produjo ayer en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), de Madrid, como demostración de las posturas irreconciliables entre países occidentales y el bloque soviético cuando los ocho países neutrales y no alineados finalizaron ayer sus conversaciones bilaterales sin resultado aparente.La dura réplica del embajador soviético en la CSCE, Leónidas Ilitchev, contra su homólogo norteamericano, Max Kampelman, estuvo apoyada a centenares de kilómetros por una dura acusación del semanario soviético Literaturnaya Gazeta contra el secretario de Estado Alexander Haig, respecto al reciente debate suscitado en Madrid sobre el uso de armas químico-bacteriológicas, informa Félix Bayón desde la capital soviética. La Prensa de la URSS habla de "campaña de desinformación" de los medios occidentales e idénticos términos utilizó ayer el delegado polaco en Madrid, Wlodzimierz Konarski.
Konarski, en conferencia de Prensa, informó que durante esta semana es probable que se atenúen algunas disposiciones de la ley marcial en Polonia, como ya lo había anunciado el propio general Wojciech Jaruzelski.
En días pasados, fuentes diplomáticas polacas manifestaron que estas medidas podrían afectar a una desmilitarización en determinados centros mineros y complejos industriales.
Como ya es habitual en los discursos de Kampelman, el delegado de EE UU arremetió contra la URSS en base a un aluvión de datos. Ayer, el tema escogido fue el uso de la psiquiatría con fines de represión política en la URSS.
Previamente a la reunión plenaria, Ilitchev difundió un texto en el que insistía en culpar a EE UU y a ciertos países de la OTAN de sabotear la CSCE, "lo que podría tener graves consecuencias", e insistió en la necesidad de realizar un trabajo constructivo en base a los acuerdos conseguidos antes de la suspensión anterior del 18 de diciembre de 1981.
La acusación de Ilitchev a Kampelman de utilizar "fuentes oscuras y sombrías" en su informe sobre la psiquiatría provocó la réplica del delegado norteamericano, que ironizó sobre la falta de datos en la refutación soviética a su discurso.
Todo este clima de enfrentamiento, definido por el delegado sueco como "falta de dirección en la CSCE", supone la imposibilidad de lograr nada positivo en la Conferencia de Madrid. De esta forma, representantes diplomáticos de Yugoslavia y Austria están de acuerdo en apoyar un aplazamiento sobre la propuesta suiza, bien recibida por los occidentales, pero que encuentra dificultades para que sea consensuada por el bloque de obediencia soviética.
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