México busca que EE UU se comprometa a no, intervenir en Nicaragua
José López Portillo, presidente de México, expuso el domingo en Managua un plan de paz para Centroamérica bajo las siguientes pautas: compromiso norteamericano de no usar la fuerza contra Nicaragua; desmantelamiento de las fuerzas somocistas en Honduras; reducción de efectivos militares nicaragüenses; negociación de un pacto constituyente entre los sectores que combaten en El Salvador; y apertura de un diálogo directo entre Cuba y EE.UU.
La visita del presidente mexicano a Managua estuvo rodeada de un inusitado calor popular, desde la recepción en el aeropuerto hasta el acto multitudinario de la plaza de la Revolución, donde se reunieron más de 20.000 personas.La estancia de José López Portillo en Managua, de sólo ocho horas, se inició justamente en el lugar en el que había hecho explosión horas antes una bomba que causó la muerte a cuatro trabajadores del aeropuerto. La bomba había llegado hasta Managua en un equipaje facturado en la línea aérea hondureña Sahsa. El vuelo procedía de Nueva Orleans, San Pedro Sula y Tegucigalpa. Parece probable que fuera subida a bordo en esta última ciudad, donde entraron maletas, pero no pasajeros.
La explosión se produjo cuando el equipaje era conducido desde el avión hasta la sala donde debían recogerlas los viajeros. De haberse retardado la explosión sólo unos segundos, hubieran muerto decenas de personas.
Bajo este clima de permanente amenaza, agudizado por el no comment de Reagan a la pregunta de un periodista de si Estados Unidos había destinado 19 millones de dólares a desestabilizar el régimen sandinista, se iniciaba la visita de López Portillo a Managua.
El plan de paz de López Portillo para Centroamérica arranca de varios principios: necesidad de que haya concesiones reales por parte de los elementos actualmente enfrentados y que tales concesiones no signifiquen en ningún caso una renuncia fundamental.
En la línea de buscar entendimientos aún posibles en la mesa de negociaciones, el presidente mexicano apeló a su amistad con Estados Unidos para pedir a este país un compromiso de no agresión a Nicaragua. En este sentido, ayer mismo envió una carta personal al presidente Reagan exponiendo su plan de paz.
"México estaría dispuesto a garantizar cualquier negociación en el área. Estados Unidos no sufriría ningún daño en sus intereses", agregó López Portillo, "y evitaría el error histórico de una intervención, con el sentimiento antiyanqui que generaría este hecho en los mejores hombres de América Latina".
Fue menos explícito sobre el conflicto salvadoreño. Entre las actuales propuestas de unas elecciones sin negociación, o una negociación sin elecciones, López Portillo propuso un pacto constituyente entre los sectores en lucha.
Finalmente, el presidente mexicano añadió que una solución global para la zona exige, siendo realistas, un diálogo directo entre Cuba y Estados Unidos. Se mostró esperanzado sobre la posibilidad de que el contacto ya habido el pasado 23 de noviembre en México, entre Alexander Haig y Carlos Rafael Rodríguez, pueda abrir paso a una negociación efectiva.
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