La URSS intenta recuperar sus posiciones perdidas en Egipto
Cuatro meses después de la muerte de Anuar el Sadat, los soviéticos tratan de tender la mano a El Cairo y recuperar las posiciones perdidas. La gestión de Hosni Mubarak -sucesor de Sadat- continúa recibiendo cheques en blanco de la Prensa soviética. Justo después del asesinato de Sadat, los diarios moscovitas recibieron ya el nombramiento de Mubarak con gestos de agrado.El viernes, Konsomolskaya Pravda (órgano de las juventudes comunistas cle la URSS) afirmaba que existen "indicios apenas perceptibles" de que comienza a introduclrse en Egipto un nuevo estilo en la gestión diplomática y económica. "La Prensa", agrega ba el citado periódico, "ya no se dedica a hacer el panegírico de las autoridades". La propaganda "de los progresos y éxitos del régimen de Sadat", agregaba, "ha cedido su lugar a la crítica".
El Kremlin no parece haber perdido la confianza en que Egipto vuelva de nuevo a encontrar puntos de entendimiento con la URSS. El Gobierno de Moscú pidió hace poco la ampliación de la Embajada soviética en El Cairo, que había resultado muy afectada por las expulsiones masivas decretadas por Sadat en las últimas semanas que estuvo en el poder.
Mubarak -que es, al fin y al cabo, un militar egipcio formado en la URSS- puede ser un "interlocutor válido" del Kremlin. Esto es, al menos, la esperanza que parece traslucirse de lo publicado al respecto por la Prensa de Moscú, que no ahorra consejos a El Cairo. Este país, se puede leer en Moscú, debe romper "su aislamiento con el mundo árabe, cortando en su "traición" contra los palestinos y poniendo fin a su "política antisoviética".
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