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Acuerdo de principio entre Iberduero y el Ministerio de Industria sobre el futuro de Lemóniz

A últimas horas de la tarde de ayer, el presidente de Iberduero, Manuel Gómez de Pablos, y el ministro de Industria y Energía, Ignacio Bayón, llegaron a un acuerdo de principio sobre el futuro de la central nuclear de Lemóniz, según la agencia Efe. Este acuerdo de principio impidió que se llevase a efecto la suspensión de contratos de obras de la central, que parecía irremediable a muy corto plazo, según los rumores que durante el día de ayer circularon en medios políticos y empresariales de Madrid y el País Vasco.

Durante toda la tarde de ayer permanecieron reunidos en la sede del Ministerio de Industria, su titular Ignacio Bayón, y el presidente de Iberduero, Manuel Gómez de Pablos. En esa reunión también pudo estar presente el consejero de Industria del Gobierno Vasco, Javier García Egocheaga, que se encontraba ayer en Madrid y del que se había dicho en fechas anteriores que se entrevistaría con Bayón para tratar el tema de Lemóníz. Este último extremo no pudo ser confirmado por el sigilo con que se celebró la reunión.Al mismo tiempo que transcurría ésta, se extendía el rumor de que Lemóniz pondría punto final a sus obras y cerraría sus puertas a medianoche de ayer, viernes. Sin embargo, fuentes de Iberduero desmintieron a este periódico que se hubiera tomado una decisión tan drástica e inminente, aunque reiteraron que la paralización definitiva de las obras de construcción de la central nuclear era una de las alternativas con que se había operado en el consejo de administración de la empresa eléctrica, ante la imposibilidad de que el Gobierno central y el Gobierno vasco se pusieran de acuerdo sobre la voluntad política necesaria para que Lemóniz siguiera adelante.

El consejo de administración de Lemóniz no se reunió ayer, como se había dicho en algunos medios de comunicación, sino que lo hará hoy. Su presidente, Gómez de Pablos, informará con detenimiento sobre el acuerdo de principio concretado con la Administración y someterá su ratificación a los consejeros.

Historia de un conflicto

En medios allegados a la empresa, que horas antes habían explicado su pesimismo en cuanto a llegar a un acuerdo mínimo y que veían difícil evitar la paralización permanente de las obras en un futuro no lejano, a últimas horas de la tarde de ayer, una vez conocida la noticia de Efe, y todavía sin ser contrastada con la información directa de Gómez de Pablos, se palpaba un cierto optimismo.Un año después del asesinato del ingeniero José María Ryan, las obras de Lemóniz, están semiparalizadas. Cada día de retraso en la puesta en marcha de la central -que tendría que haber entrado en funcionamiento, de haberse cumplido los planes iniciales, a finales de la década de los setenta- supone unas pérdidas que algunas fuentes han llegado a evaluar en próximas a los 100 millones de pesetas; diarios. Al acuerdo del Parlamento vasco, con el significativo apoyo del PSOE, solicitando la convocatoria de un referéndum, respondió el presidente de Gobierno, Calvo Sotelo, con una nota de apenas media docena de líneas, en la que tras mencionar el artículo 92 de la Constitución, comunicaba su decisión de desestimar la petición. El que la notificación oficial se limitase a esas líneas, y que además no fuera remitida al Gobierno vasco hasta tres semanas después del Consejo de Ministros en que se elaboró, contribuyó a aumentar el desconcierto del Ejecutivo de Vitoria.

El consejero de Industria del Gobierno vasco, Javier García Egocheaga, acaba de reiterar su opinión de que la denegación del referéndum ha constituido un error, por cuanto no tiene en cuenta la situación concreta que había determinado, la solicitud. La solución de recambio adelantada por el Gobierno vasco en el sentido de someter la central al control público, parecía enfrentarse hasta ahora a la oposición de Iberduero, temerosa de quedar al margen de la negociación política entre la Administración central y la autonómica.

Los últimos rumores

Los rumores de los últimos días sobre la decisión de la empresa eléctrica de paralizar las obras han sido la continuación de la advertencia que realizó a fines del pasado mes de diciembre: "Iberduero", decía la nota difundida por la empresa, "ve con grave preocupación que, debido a planteamientos políticos, se puede prolongar una situación que está llegando a ser insostenible, por el mantenimiento de un estado de incertidumbre no compatible con la normal gestión económica de una empresa de servicio público". Iberduero se reservaba el derecho de "adoptar las medidas que mejor defiendan los intereses de sus trabajadores y accionistas".La paralización de las obras se enfrentaba con la oposición no solo del Gobierno vasco y el partido que lo sostiene, sino también de los socialistas, que verían en el cierre de la planta una forma de dar la razón a ETA Militar, cuyo chantaje habría tenido éxito. Los sindicatos también se han pronunciado en contra.

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