El Festival de Cine de Belgrado quiere seguir siendo 'el de las mejores películas'
Con la proyección de Tiempo de plomo, de la directora alemana Margarethe von Trotta, quedó inaugurado el pasado fin se semana, en Belgado, el XII Festival Internacional de Cine de Belgrado que se proclama "el de los mejores filmes del año". Por las pantallas del centro Sava y otros cines de la capital danubiana pasarán sesenta películas producidas en todo el mundo durante el año pasado.También engloba el FEST un minifestival infantil que concluirá también el día 12 de febrero, con cintas de los países socialistas, una de las cuales accederá al premio que otorga la Unicef.
Tras años de titubeos, el FEST se ha decidido a ser un festival no competitivo. Siempre se proclamó tal, pero poco a poco se le fueron infiltrando premios paradójicamente molestos: el del diario Novosti, el de la crítica, el del público. Molestos porque estorbaba a ciertos directores de fama internacional que no querían arriesgarse a mancillar sus óscares, o leones, o palmas, con calificaciones regulares en un festival de modesta audiencia. Así, los nuevos estatutos del belgradense FEST prohiben la adjudicación de cualquier tipo de galardón.
En la dirección del festival declararon a EL PAIS que las ambiciones de Belgrado tienen otras metas. Existe la posibilidad de que Belgrado se convierta en una "bolsa internacional de valores cinematográficos" liberando al séptimo arte en parte de la decisiva influencia de las multinacionales de la distribución.
Ausencia polaca
Por otra parte, el FEST de este año sigue acusando el lastre de restricciones económicas que afectan a todo Yugoslavia, país que hace todo lo posible por no compartir el destino de Polonia en lo económico. Bastantes han sido las películas que no han venido a Belgrado por motivos económicos y falta de divisas. Consideran en los círculos cinematográficos belgradenses que la extraña ausencia de películas polacas es una de las más notables. Wajda ganó dos festivales en la capital yugoslava y el cine de la hermana eslava ha sido uno de los más mimados del mundo en Belgrado. Entre líneas, pero sin ambigüedades, el boletín del festival hace responsable de esta ausencia a la ley marcial vigente en Polonia.Declaran en la dirección de este festival que si de criterios estéticos se tratara, las dos terceras partes de las cintas serían estadounidenses. "Pero el festival tiene también un componente de información sobre cinematografías de prestigio", explicándose así la presencia de películas segundonas como La piel, de Liliana Cavanni, y La mujer de al lado, de Truffaut, bajo el sol del lema Los mejores filmes del año.
Dos películas extranjeras tratan de temas un tanto yugoslavos. Una, Los cuatro amigos, de Arthur Penn, obedece a un guión autobiográfico de Steven Tesich y trata de la vida de un yugoslavo trasplantado a Estados Unidos. La otra es la producción sueca Montenegro, cerdos o perlas, del director yugoslavo, Dusan Makaveyev, que tras una serie de frustraciones en Yugoslavia, al no haber logrado apoyo para sus películas de la llamada ola negra, buscó y logró renombre en el extranjero.
En este festival de encuentro entre la cinematografía occidental y del Este europeo, además de los consabidos grandes títulos europeos y norteamericanos de 1981, se verán, del Este, Teherán 43, producción soviético-suiza dirigida por Alexander Alov; La lágrima de la muchacha, del rumano Iosif Demian, oscar de fotografía con su película La piedra casada; Unos días en la vida de I. I. Oblomov, del soviético Nikita Mijalkov; Mephisto, del húngaro Istvan Szabo, y la checa Abreviado, de Jiri Menzel.
Babelia
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